Obesidad, disminución del rendimiento académico y de la atención, aumento de los conflictos sociales y familiares, deterioro de la comunicación, aislamiento, abandono de las responsabilidades y agresividad. Estas son las consecuencias que tiene el uso incontrolado de las nuevas tecnologías, a las que pueden sumarse el insomnio, el ánimo disfórico (tristeza) o la irritabilidad. Y ante tal retahíla de aspectos negativos, muchos padres se hacen la pregunta del millón: ¿cuándo debo comprarle el primer móvil a mi hijo?

La respuesta a la pregunta no es sencilla ni tampoco unánime. Para muchos expertos la edad ideal está en los 12 años. Para Emilio Calatayud, el juez de Menores más famoso de España, la edad mínima que debería pactarse son los 14 años. Antes, ni pensarlo. “Lo que está claro es que hay que racionarlo y hay que poner unos límites”, sentencia la psicoterapeuta Luisa Chornet. “Las tecnologías tienen aplicaciones en todos los campos de una forma absolutamente enriquecedora. El aspecto altamente adictivo en nuestros niños y jovenes es lo que debemos aprender a gestionar padres y educadores”, añade.

Que no se puede negar que los menores nacen y crecen en un mundo digital es algo en lo que coinciden todos los especialistas. “Los padres deben asegurarse del buen manejo de las mismas y controlar el tiempo que sus hijos pasan frente a la pantalla” reflexiona la piscóloga Mar Molés, del centro Camins de Castellón.

Y, ¿cuánto tiempo debe permanecer los pequeños ante el móvil o la tableta? Eva Suárez, pediatra del centro de salud Burriana II y miembro también de la Sociedad Valenciana de Pediatría, aconseja no más de dos horas al día. “En el caso de niños menores de dos años lo mejor es evitarlo. Tienen que moverse e interactuar con los adultos”. H