El pleno de la Diputación dio ayer el visto bueno con un solo voto en contra a las cuentas del 2017 con la solitaria oposición del diputado de Castellón en Moviment (CSeM), y el apoyo en forma de abstención del PSPV, Compromís y Ciudadanos, en una sesión histórica en el que el presidente, Javier Moliner, y el portavoz del principal partido de la oposición, el socialista José Benlloch, escenificaron un pacto inédito en la institución provincial. Diversas concesiones en los POYS, más libertad de los alcaldes para decidir en qué quieren invertir y menos convenios singulares son algunas claves del mismo.