Es el signo de los tiempos. Allí donde hace poco había un banco se levanta hoy un Todo a cien, una tienda que vende y repara teléfonos móviles o una cafetería. Y, en el peor de los casos, ha quedado un local vacío con un cartel de se alquila o se vende. Basta dar una vuelta por el centro de Castellón, Vinaròs, Vila-real o Burriana para toparse con la realidad: decenas de locales, que hasta hace unos años eran una oficina bancaria, hoy siguen vacíos a la espera que un empresario los alquile y reforme para abrir un negocio. Pero pasan los años y muchos siguen igual. Cerrados.

Aunque no hay datos oficiales, las estimaciones que manejan las agencias inmobiliarias hablan de que más del 60% de las oficinas bancarias que en los últimos años han desaparecido en la provincia siguen cerradas a cal y canto. Eso significa que más de 170 locales están a la espera de un inversor. “La oferta de locales vacíos sigue siendo muy elevada. En estos últimos años se han alquilado algunos, pero todavía quedan muchísimos que no encuentran inquilino”, apunta el responsable de una agencia de Castellón, con tres locales por alquilar.

Los que tienen más posibilidades son los que están en el centro de las ciudades. “Son los más demandados pero también son los más caros. Aunque varía en función del tamaño y la ubicación del local, el precio medio está entre los 1.500 y los 2.000 euros de alquiler al mes”, apuntan en la inmobiliaria de la capital.

5.000 € DE HACE 10 AÑOS // Los 1.500 euros de media que se piden por el alquiler de una antigua oficina bancaria puede parecer un precio alto, pero no lo es si se compara con los datos de hace una década. En el 2006, cuando nadie había oído hablar de la crisis y de reestructuración bancaria, una entidad financiera pagaba hasta 5.000 euros al mes por el alquiler de un local en la capital. “Muchos propietarios encontraron en los bancos un filón, una renta vitalicia, y en la época previa a la crisis se pagaban barbaridades por los alquileres. Tanto que algunas entidades acabaron comprando el local y ahora no saben cómo quitárselo de encima”, cuenta un agente inmobiliario de Castellón.

Pero estar bien situado no es sinónimo de éxito. Un ejemplo. El local que dejó Caja Madrid en la avenida del Rey de Castellón lleva más de cuatro años vacío. Y venderlos es todavía más difícil. “Ahí si que no hay mercado. Nada de nada”, coinciden. H