Ir a la tienda o teclear Amazon. Para miles de consumidores de Castellón esta será una de las grandes dudas de esta campaña de Navidad. Se elija el canal que se elija hay mucho dinero en juego. Cada hogar de la provincia gastará durante las próximas cinco semanas una media de 601 euros en regalos, viajes o comidas fuera de casa, según la consultora Deloitte, lo que da un montante global de casi 140 millones de euros. Los primeros datos apuntan a que, al menos este año, no habrá vencedores ni vencidos. O, mejor dicho, que todos ganarán. Los gigantes del comercio on line batirán otra vez récords de ventas. El comercio tradicional también es optimista. La Navidad supone entre el 20 y el 25% de la facturación anual de las 7.281 tiendas físicas con las que cuenta la provincia, que tienen por delante una temporada con seis festivos aperturables. «Esperamos que sea una campaña de incentivo que impulse la economía y que siga garantizando los puestos de trabajo tanto en Castellón como en el resto de la Comunitat Valenciana», apunta Cipriano Cortés, presidente de la Confederación de Comerciantes y Autónomos de la Comunitat (COVACO) y también máximo responsable de Confecomerç.

Pese a que las ventas del comercio minorista valenciano crecen tímidamente, el sector se enfrenta a varios terremotos que ya están removiendo los cimientos de un modelo de negocio que lucha con uñas y dientes por sobrevivir. Y eso que en Castellón cada vez quedan menos tiendas físicas. Al cierre del 2017 eran 7.281, casi un millar menos que en el 2010. Este 2018 el panorama tampoco es mucho más halagüeño y el sector ha perdido en la provincia 323 autónomos. «Los autónomos son un colectivo que lucha cada día por mantenerse, por lo que es muy sensible a los cambios generados en el contexto socioeconómico. Se están dando pasos muy pequeños y se necesita todavía más para avanzar porque representan a un gran número de trabajadores», insiste Cortes.

LA REVOLUCIÓN DEL ‘E-COMMERCE’

La realidad es que siempre habrá que comprar y siempre tendrá que haber tiendas que sirvan los productos que necesita el cliente, pero la primera revolución a la que está enfrentando el comercio tradicional es a las ventas on line, que siguen sin tocar techo. En Castellón, y según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 193.000 personas han comprado por internet en los últimos tres meses, una cifra que se ha disparado en apenas un lustro y que, además, supone 35.000 más que un año antes. Casi el 40% invirtió entre 100 y 500 euros en compras.

De los 601 que gastarán esta Navidad las familias de Castellón, el 27,3% se irá por la pantalla del ordenador, la tableta o el teléfono móvil, según la consultora Deloitte, un porcentaje que aumenta año tras año. Lo saben bien en Correos, donde aseguran que en la provincia el volumen total de paquetes crecerá este mes de diciembre un 25% respecto al mismo periodo del año pasado. «Se ha aumentado las redes de transporte en Valencia y Castellón con la apertura de nuevas rutas que suponen un incremento de 800 kilómetros diarios sobre la distancia cubierta diariamente por las redes de transporte locales y provinciales habituales», apuntan desde la compañía.

Las compras on-line crecen y crecen y el comercio tradicional trata de hacer frente a otro desafío: el de los descuentos permanentes. Black Friday, Ciber Monday, Semana Fantástica... cada vez hay más. El consumidor se ha acostumbrado a comprar a golpe de rebajas y hay estudios que apuntan que el 70 % de los clientes solo entran a comprar donde hay ofertas. El comercio tradicional se ha sumado al carro y más de la mitad de las pequeñas tiendas de la Comunitat asegura que durante este mes va a hacer promociones, según la Oficina Pateco de Comercio y Territorio. «Nosotros somos muy claros en este sentido y abiertamente decimos que no nos gusta el tema de la proliferación de ofertas y descuentos permanentes. Frente a esa política hay otra fórmula y pasa por el impulso de campañas y acciones lúdicas, como sorteos, concursos o premios», dice Cortés.

Los desafíos a los que se enfrenta el comercio tradicional son grandes como también lo son los cambios en los hábitos de los consumidores. Ya nada es lo que fue. ¿Hay sitio para todos?