Dicen los expertos que uno de los termómetros para comprobar la salud del sector de la construcción es el de las licencias de obra mayor. Durante el 2016 en Castellón se dio permiso para un total de 123 actuaciones, lo que supone un ligero incremento con respecto al año 2015 cuando se habían quedado en apenas 95. Dentro de esta cifra se incluyen las nuevas edificaciones y también las reformas que suponen una modificación de la estructura del inmueble o de un local. Esa tendencia al alza se nota todavía más en los permisos denominados menores (no suponen la modificación del edificio), que en la provincia son la mayoría.

Esta reactivación de las pequeñas reformas se nota en el empleo y también lo notan las arcas municipales, cuyos ingresos vía tasa por licencia de obras no paran de crecer. Y lo hacen tras años de batacazo casi continuo.

En el 2016, y según los datos de los que dispone el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, los ayuntamientos de la provincia presupuestaron unos ingresos por licencias de obra tanto mayores como menores de 3,2 millones de euros, un 14% más que la cantidad que resulta de la liquidación presupuestaria del 2015, que ascendió a 2,8 millones. La capital, por ejemplo, ingresó por este concepto 750.000 euros. Almassora, 289.000.

A AÑOS LUZ DEL 2007 // Pese a que las cifras van a más (en el 2014 la recaudación por este impuesto indirecto ascendió a 2,6 millones), las cifras de ahora nada tienen que ver con la de antes de la crisis y demuestran como el fin de la llamada burbuja inmobiliaria afectó de lleno a las cuentas municipales. Un ejemplo. En el 2008, y siempre según Hacienda, los consistorio de la provincia recaudaron por este impuesto 39,7 millones de euros, doce veces más que durante el último año. Y eso pese a que el sector se está recuperando poco a poco.

Los ingresos municipales por licencias de obra nada tienen que ver con los de antes de la crisis y algo muy similar ocurre con el impuesto de actividades económicas (IAE), un tributo que se aplica a autónomos y sociedades por el hecho de realizar una actividad empresarial, profesional o artística. Durante el último año, los ayuntamientos de la provincia ingresaron por ese concepto 19,5 millones de euros, casi dos millones menos que hace 8 años, en pleno boom económico.