Si el presidente asturiano, Javier Fernández, fue la cara de la gestora después de que el susanismo moviera la silla a Pedro Sánchez, el líder depuesto halló en Asturias a su particular don Pelayo (doña en este caso) para su reconquista: Adriana Lastra (Ribadesella, 1979). Tras apostar por él como secretario general ya en el 2013, se rebeló contra su forzada dimisión y le animó a volverse a presentar. Coordinadora de la campaña de Sánchez en las primarias, será ahora una de las figuras con más peso en la nueva ejecutiva, como vicesecretaria general.

Lastra, que en la investidura de Rajoy se «abstuvo por imperativo», no ha dudado en enfrentarse con quien fuera por Sánchez. Incluso con González, Zapatero y los barones, empezando por el líder del PSOE asturiano.H