La casa a las afueras de Culla que Aurelio Rodríguez y su mujer, Gualupe Ariza, transformaron hace siete años en un alojamiento rural está abierta a todo el mundo. Y lo está con un solo clic. Y eso que sus propietarios, como buena parte de quienes gestionan las casas rurales de la provincia, no entienden mucho de ordenadores. Lo justo para saber y comprobar que gracias a ellos su negocio está lleno durante muchos fines de semana.

La red de redes ha servido para unir dos realidades que apenas tienen nada en común: el mundo rural y el mundo globalizado de The Priceline Group, el gigante empresarial que cotiza en la bolsa de Nueva York y que es líder mundial de reservas on line a través de su archiconocido portal Booking.com. Medio centenar de alojamientos de la provincia ya se anuncia en sus páginas, lo que da una idea de hasta qué punto este sector empieza a profesionalizarse y deja de ser un simple negocio familiar que servía de suplemento a los dueños de viviendas en los pueblos del interior.

Internet se ha convertido en el terreno de batalla en el que pugnan los grandes operadores, los portales de anuncios y las agencias especializadas. Si no estás en la red no existes. “A muchos, todos estos cambios nos han pillado de sorpresa, pero tenemos que ser conscientes de que más de la mitad de las reservas hoy en día se hace por internet. Tener página web es fundamental, como también lo es estar en las redes sociales”, según apuntan algunos empresarios.

LA PUBLICIDAD, ESCASA // Pese a que buena parte de las reservas ya se hacen por la red, el grueso de los dueños de alojamientos rurales invierten muy poco en publicidad on line. Según un estudio de Clubrural, el 76% de los propietarios rurales gasta menos de 1.500 euros al año en anunciarse en los portales especializados y el 57% no cuenta con la posibilidad de hacer reservas on line. Y otro apunte más: aunque más de la mitad de las casas rurales ya ofrece acceso a internet de manera gratuita a sus clientes, el 44,1% todavía no dispone de este servicio entre su oferta.

La tecnología sigue siendo un reto para muchos y el otro es el de promover ofertas específicas en busca de nichos de clientela diferenciados. Los empresarios reconocen que ya no basta con tener una casa bonita con todas las comodidades. El cliente busca algo más. Algunos ya incorporan en su oferta rutas en bicicleta, catas de vino o paseos por la montaña. Otros se han unido con empresas que ofrecen esos servicios. Viunatura, en Figueroles, o Hardacho, en Jérica, son dos ejemplos de mercantiles especializadas en organizar rutas para el turista que apuesta por lo rural. H