El nuevo plan de mejora del sistema universitario valenciano contempla para el próximo curso 12 millones de euros destinados a las becas salarios, es decir, el doble de presupuesto que el pasado año académico. La Comunitat es la única autonomía que concede este tipo de prestación, que consiste en pagar hasta 600 euros mensuales a cada estudiante beneficiado durante los cuatro años de grado, siempre que se aprueben las asignaturas.

De forma paralela, el Consell destinó, en el 2017, 22,1 millones para que el 40% de los alumnos reciba ayuda pública.

En cuanto a las becas salario, en el último curso 102 estudiantes de la UJI se beneficiaron, junto a otros 770 de los campus valencianos y alicantinos. No obstante, esta ayuda solo llegó a uno de cada 10 estudiantes (9,3%) que la habían solicitado, 1.430 en la Jaume I y 9.470 en las cinco universidades públicas valencianas. De ahí que únicamente los mejores expedientes y las rentas más bajas tuvieran la nueva ayuda. El objetivo fue «paliar los efectos negativos de las tasas y el descenso del alumnado por razones económicas», según afirmó el conseller de Educación, Vicent Marzà.