Acorralado y con la cabeza cortada. Así es como estaba a última hora de ayer el incendio de la Serra d’Espadà que tiene en vilo a toda la provincia desde el lunes. El diputado de Bomberos, Luis Rubio, aseguraba anoche a Mediterráneo que ya estaba “confinado, sin punto de avance y con ausencia de llamas”. No obstante, durante todo el día la lucha de los bomberos y militares, alrededor de 500, y de una treintena de avionetas y helicópteros fue constante y sin descanso para dar casi por controlado el fuego, pese a la persistencia de puntos calientes.

El perímetro afectado en este desastre ecológico alcanza las 1.500 hectáreas, de las que 700 corresponden al corazón de la Serra d’Espadà, al mismo parque natural conformado por 31.000 hectáreas protegidas. El presidente de la Diputación, Javier Moliner, puso de relevancia “la gran valentía y la heroicidad de todos los que se han jugado la vida”.

Las situaciones de peligro han sido una constante en este incendio por las explosiones de los proyectiles de la guerra civil, por la orografia abrupta y por la virulencia de las llamas, que, en ocasiones, llegaron a acorralar a los propios bomberos, como fue el caso de una brigada de Ayódar. Incluso un vehículo de transporte resultó en parte calcinado.

Los contrafuegos (las quemas para evitar el avance de la temida lengua) ha sido la arriesgada estrategia que se ha seguido y que, ayer, daba por fin resultado.

Ante la evolución positiva, numerosos medios se retiraron para regresar a sus comunidades autónomas. El delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, les agradeció personalmente su dedicación. Pese a ello, anoche 200 bomberos se quedaron en el incendio y hoy está previsto que continúen trabajando 350 efectivos, así como avionetas y helicópteros, que continuarán con las descargas aéreas.

El president de la Generalitat, Ximo Puig, instó a “extremar las precauciones” y se mostró “preocupado por los últimos casos provocados por las negligencias”.

QUEMA DE RASTROJOS // Y es que este incendio, explicaron fuentes fidedignas, tuvo su origen, al parecer, en las inmediaciones de una granja sin actividad. No obstante, precisaron, la Guardia Civil investiga si los posibles autores, un grupo de jóvenes, estaban realizando tareas de limpieza del monte en cumplimiento de condenas por delitos, con trabajos en beneficio de la comunidad, recogiendo y amontonando maleza, a la que, se baraja, habrían prendido fuego. Hace poco, también en Artana, otra quema de rastrojos similar, efectuada por chavales en esta situación, propició otro incendio en una finca denominada del Pirri, pero fue sofocado rápidamente por los bomberos.