El incendio que ha arrasó durante dos días más de 1.200 hectáreas de la Serra Calderona está "estabilizado y evoluciona favorablemente", aunque no se puede dar por controlado totalmente. Así lo asegura el diputado de Bomberos del Consorcio Provincial, Luis Rubio, que destaca como una "muy buena noticia" el hecho de que durante la noche "no haya habido ninguna reproducción de fuego en el perímetro".

Por el momento, las llamas han arrasado exactamente 1.289 hectáreas, según los datos proporcionados por el Servicio de Información del Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón (CPBC). Alrededor de 900 afectan al término municipal de Segorbe, unas 150 al de Altura y el resto a Gátova (València). En la zona todavía permanecen unos 400 efectivos contra incendios llegados desde Castellón, entre bomberos profesionales y voluntarios y voluntarios forestales; y están equipados con 37 vehículos forestales pesados, 60 unidades de transporte y apoyo y 18 medios aéreos, que están refrescando la zona. "Los únicos bomberos que se han ido son los que llegaron desde otras comunidades", afirma Rubio.

El hecho de que haya sido una noche con temperaturas no demasiado elevadas también ha facilitado la no aparición de más humo o fuego. "Ahora el trabajo se centra en repasar el perímetro con azada y agua e intentar diferenciar la línea del incendio respecto a lo que no se ha quemado", explica el diputado.

El director general de la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias de la Generalitat valenciana, José María Ángel, destacó ayer que «la gran coordinación entre los distintos cuerpos ha evitado desgracias y daños a las infraestructuras en un contexto muy peligroso debido al viento errático y a la orografía de la sierra, repleta de barrancos y laderas escarpadas». Ángel recordó, además, que «el cambio del tiempo ha sido el mejor aliado, pero detrás hay una profesionalidad tremenda». Y lanzó un mensaje tranquilizador a la población: «Los castellonenses y valencianos podemos estar contentos porque estamos en buenas manos».

La lucha contra el fuego se centró durante la jornada de ayer en dos focos: uno en la línea entre Segorbe y Soneja, donde los efectivos antiincendios fueron evitando que el fuego alcanzase la autovía mudéjar (la A-23) y las vías del ferrocarril que unen Teruel y Sagunto. Y la cabecera del incendio, situada entre Gátova y Altura donde han quedado calcinadas extensiones de arbolado, sobre todo de pino carrasco, y espacios agrícolas.

El jefe de sección de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunitat, José Ángel Núñez, declaró a este diario que la brisa marina, ayer, «fue imprescindible, ya que tras varios días con poniente muy seco, este cambio ha supuesto un antes y un después». Y matizó: «Los incendios mediterráneos son así, en cuanto desaparecen las condiciones que los alimentan dejan de ser incontrolables».

El estrés hídrico que lleva sufriendo la provincia desde hace tiempo ha propiciado que el bosque se haya convertido en un polvorín. En este sentido se expresó el jefe de operaciones del Consorcio, Andrés Balfagó: «En estas circunstancias, sin trabajar el monte, sin tener las medidas de limpieza y prevención adecuadas y sin accesos, se complica mucho la extinción». Y aseveró: «La Serra Calderona, cuando se incendió el miércoles, no estaba en las mejores condiciones; hay mucho combustible muerto y fácilmente inflamable».