Vehemente como es habitual en ella, la síndica del PPCV, Isabel Bonig, pidió ayer a Ximo Puig que no pase a la historia como «el primer presidente de la Comunitat que vendió esta tierra a los independentistas de Compromís». Lo hizo tras comparar la política del partido valencianista con la de la CUP catalana en política idiomática --manifestó que el conseller de Educación, Vicent Marzà, copió su lema Anem més lents perquè anem lluny para defender el decreto del «chanjaje lingüístico»-- y tras señalar que las «manifestaciones» y el «engaño» con los que Compromís busca «tomar las calles» empezaron «en Cataluña con el Madrid ens roba».

Tras esgrimir esta arma habitual de los populares contra el Gobierno nacido del Pacte del Botànic, llegó el momento de que la lideresa de los populares se vistiese de candidata a la Generalitat y tendiese «su mano» a Puig para consensuar doce temas clave.

Divididos en seis pactos y seis acuerdos, Bonig planteó pactar a Puig (y de esta manera ahondar en la división del bipartito autonómico, que ella misma había resaltado antes) en aspectos básicos como la educación --para no gobernar, dijo, «a base de decretazo»-- y que incluya la «inmersión lingüística» --usó esta expresión para proponer que al menos uno de cada cinco centro educativos nuevos ofrezcan «el 80% de las clases en inglés»--; o el empleo, subvencionando la contratación de parados de más de 45 años y apostando por la FP dual.

Junto a estos dos, también propuso un pacto para gestionar de forma sostenible los bosques valencianos; otro para reutilizar agua depurada y mejorar la eficiencia de los regadíos; uno más para la «profesionalización de los servicios sociales»; y un último para que la financiación de los ayuntamientos desde el Consell no dependa «del color político».

sanidad e infraestructuras // En cuanto a los seis acuerdos, el más llamativo fue la propuesta para blindar por ley los plazos máximos de las listas de espera en la sanidad. También destacó la propuesta de invertir, al menos, 384 millones de euros al año porque «la Generalitat no puede ser la última en invertir en esta tierra». Asimismo, también propuso la eliminación del impuesto de sucesiones --«si no lo hacen, lo hará el PP en el 2019», aseguró-- y la rebaja del de transmisiones, así como el apoyo al turismo y el rechazo «claro» de la tasa turística.

En materia económica la síndica de los populares valencianos también propuso que el Consell amplíe a dos años la tarifa plana para los autónomos (el Gobierno bonifica actualmente medio); y aportar «mayor libertad y dotación presupuestaria» a los sectores productivos. Por último, la anterior consellera de Obras Públicas propuso constituir una mesa de seguimiento en políticas europeas.

poca ejecución // Tras estas propuestas, Bonig volvió a la línea dura de su discurso y censuró que «entre patinet i patinet», el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, solo haya ejecutado «el 32%» de los fondos del Servef --248 millones sin ejecutar, aseguró--; o que en base a Avalem Joves solo se hayan firmado «58 contratos». «Son ustedes un obstáculo para el empleo», afirmó.

Con ello volvió a sus críticas a la escasa ejecución presupuestaria del Consell, que no ha materializado, según señaló, ningún colegio ni centro de salud. Sobre esto, recordó que, de las «54» propuestas que Puig lanzó en su primer debate «solo ha cumplido 11». «Les gusta trabajar poco, son un poquito vagos», afirmó.