Cada castellonense recibe actualmente del Estado 1.824 euros, lo que representa un déficit que llega a alcanzar al año los 800 euros menos de lo que llega a un cántabro o los 600 de la financiación per cápita que se da en La Rioja con los criterios del actual modelo de financiación.

Así, un ciudadano de Castellón, por el hecho de vivir en esta provincia, recibe hasta un 25% menos con respecto a lo que percibe otro español en una comunidad distinta, debido a un sistema de financiación que, desde hace 15 años, no ha hecho más que incrementar una brecha de ingresos con respecto a territorios mejor dotados económicamente, según se pone de manifiesto en el último informe emitido por Fedea a partir de los datos elaborados por el Ministerio de Hacienda y que suponen la antesala de una semana que culminará con la manifestación en València en reclamación de una financiación justa para la Comunitat.

En cuanto a la media española, Castellón y el resto de la Comunitat Valenciana, tampoco salen bien parados, ya que con el actual sistema de transferencias económicas un castellonense recibe del Estado 206 euros menos de lo que le correspondería.

Un trabajo a cargo de una veintena de expertos pone de manifiesto la creciente disparidad entre las comunidades autónomas mejor y peor financiadas, lo que ha conllevado a que el gasto per cápita en servicios básicos esenciales, como sanidad, educación o asuntos sociales, haya caído desde 2009. El actual sistema de financiación ha desembocado en que, entre otras cuestiones, el gasto en servicios públicos fundamentales per cápita en Castellón se encuentre por debajo de la media de los territorios bajo un régimen fiscal común y muy alejados de aquellas comunidades que disfrutan de un sistema foral, como es País Vasco o Navarra.

LA EVOLUCIÓN, EN CONTRA

La evolución desde 2002 pone de manifiesto que si aquel año cada castellonense recibía del Estado 25 euros menos de lo que lo hacía un residente en La Rioja -los que más ingresos tenían entonces-- o 5 menos que un madrileño, la brecha financiera fue incrementándose y en el 2008 la diferencia llegaría a ser de 32 y 12 euros, respectivamente. Posteriormente y, año tras año, la desigualdad se fue agravando siempre en contra de los castellonenses.

Los indicadores básicos de financiación multiplicaron la brecha como atestiguan todos los estudios económicos, en los que detallan que la Comunitat no ha dejado de perder recursos del Estado desde hace tres lustros y hoy se afianza a la cabeza de las autonomías con menos dotación económica al perder cada año unos 5 euros con respecto a la media que se da en España. Además y según los datos de Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), la valenciana también se sitúa por debajo del promedio al que se llegó entre 2009 y 2015, que fue de 2.302 --como se refleja en la tabla de la derecha-- lo que viene a corroborar el descenso de los fondos transferidos.

Con estos datos la Comunitat Valenciana se afianza en el último puesto del ránking como la peor financiada tras Madrid, Murcia y Andalucía.