Huir del bullicio, en una vivienda sin vecinos, con terreno y en plena naturaleza...pero con servicios y el mar no demasiado lejos. Es el sueño dorado que buscan para su jubilación muchos europeos en una masía del interior de Castellón. Destino incipiente como retiro dorado, y a años luz de otras provincias más conocidas en el mapa internacional, el precio a la baja, el boca a boca y la sorpresa positiva de quien lo descubre juegan a su favor y va ganando puntos.

Enrique Casaco, gerente de una inmobiliaria especializada en fincas, masías y terrenos, ha gestionado compraventas a jubilados europeos en les Useres, Llucena, Serra d’en Garceran, Culla o Vilafamés. En esta última localidad acaba de cerrar tratos con tres parejas extranjeras que han comprado masías para pasar temporadas, pero ya “con vistas a su jubilación”: Dominique y Elian, de Bélgica; Marjorie y Charly, de Irlanda e Inglaterra; y Peter y Anneke, holandeses.

¿Cómo recalaron en Castellón? Marjorie y Charly pasaron un mes de prueba en alquiler antes de decidirse a comprar, y llegaron por el boca a boca. Su amiga Pauline lleva afincada ya siete años en Vilafamés, “pues tras residir en Almassora y Benicàssim, se decantó por más tranquilidad, pero con la playa a solo 20 minutos”, concreta.

Peter y Anneke descubrieron el pueblo “de la roca” cuando recorrían España en autocaravana hace unos años y lo eligieron para su retiro, tras descartar la primera opción, Alicante, “con una montaña demasiado masificada y urbanizada”. Y es que, atestiguan, les gustan “las buenas vistas de Vilafamés, la variedad de pueblos bonitos en la comarca para visitar, la cercanía de mar y montaña, y el buen comer y beber, como el vino Magnanimus y el de Flors”, relatan.

El caso Dominique y Elian fue distinto. Su agente inmobiliario, de Casa Consult, explica que “tras rastrear en internet casas en Alicante, llegaron a nuestra web y vieron lo que buscaban en Castellón, pero más barato. Una masía tranquila, sin vecinos, pero no muy lejos del pueblo, con acceso no muy complicado y al menos agua corriente, pues en luz les bastaban placas solares”.

¿Cómo pinta el futuro? Para Casaco, el aeropuerto puede ser una ventaja, pero a largo plazo. “Ahora quienes compran más son de países sin vuelos a Castellón y que aterrizan en Valencia. Justo los británicos, que sí tienen Ryanair, no compran mucho aún”. H