La flota de cerco provincial vive angustiada. El motivo es la caída en picado de las capturas, fundamentalmente de sardina, que en otro tiempo era el maná de este subsector. Como muestra, un botón: la cofradía del Grao, la más importante del territorio castellonense en cuanto a este tipo de pesca (actualmente aglutina 13 de las 21 naves que faenan en busca del pescado azul), redujo el año pasado en un 35% su tonelaje de sardina, hasta quedar en uno de sus mínimos históricos, con 635.258 kilos. La cifra es casi un cuarto de lo capturado ocho años antes, en el 2007.

Debido a ello, los armadores de cerco castellonenses están “muy preocupados”, reconoce José Manuel Ramírez, que dirige junto a su hermano la Ramírez Martín. No en vano, la asociación de los empresarios de este tipo de pesca viene impulsando desde hace un año un estudio, conjuntamente con la Generalitat valenciana, para conocer las causas de este declive. Y esta misma semana, el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Roger Llanes, ha insistido ante el Ministerio en el “lamentable estado” de los estocs de este pez pelágico, como ha demostrado el estudio citado.

El problema no es exclusivo del territorio provincial. Los pescadores de cerco de Tarragona vienen alertando de la situación desesperada en que se encuentran y han pedido actuaciones urgentes a la Generalitat de Catalunya. Y es que el año pasado sus capturas cayeron un 70%, hasta un mínimo histórico de 290.000 kilos.

enemigo invisible // Qué está provocando este drama todavía no está claro. Un estudio francés señala que cambios en el medio natural podrían estar provocando mutaciones en el plancton, del que se alimentan las sardinas. Precisamente, en la cumbre europea que en febrero se realizó en Sicilia se habló de un aumento de la temperatura del agua en el Mediterráneo “de 2 décimas anuales”, señala el abogado de la Federación de Cofradías de Pescadores de Castellón, Luis García, que asistió a la cita. Pero también expusieron otras posibilidades.

Además de la sobreexplotación --“evidente”, según García, y que reconocen incluso los pescadores para valorar su actividad en el pasado-- se apunta a posibles problemas de contaminación en las aguas del Ebro. En la cumbre europea de Sicilia se puso de manifiesto que de las desembocaduras del río más caudaloso de España “y del Ródano (en Italia), están desapareciendo la sardina y el boquerón, se supone que por falta de nutrientes”, indica García. También los armadores apuntan en este sentido: “Creemos que del Ebro sale algo contaminante. En Tarragona están en quiebra y antes la zona era un criadero de sardina y boquerón”, dice Ramírez.

Ante esto ya se plantean nuevas medidas de gestión. Y eso que, al menos, el precio compensa algo el bajón y el boquerón sigue cayendo en las redes de fanal. H