El gasóleo barato influye, pero no es el único motivo que explica el porqué del alza de las ventas de carburante en Castellón. Hay otra razón de peso y tiene que ver directamente con el tráfico en las carreteras, que también evoluciona de forma positiva y lo hace como consecuencia de la recuperación económica. Hay más actividad empresarial y más exportaciones y eso se nota en la mayoría de los viales.

Que hay coches y camiones por las carreteras de la provincia es algo que demuestran los datos del Ministerio de Fomento. Basta el ejemplo de la A-7, en el tramo que discurre por el sur de la provincia de Castellón, donde la intensidad media de vehículos ha aumentado un 4,5% en el último año. Cada día del 2015 circularon 45.577 automóviles, de los que casi 10.600 eran camiones. También crece la circulación por la N-232, que une Vinaròs con Aragón. Durante el 2015 se contabilizó un tráfico de 2.737 automóviles diarios, un 6,7% más que en el 2014 y eso que la carretera sigue teniendo doble carril, ya que el proyecto para convertirla en autovía (será la A-68) lleva paralizado más de veinte años. Y otro dato más: la variante de la N-340 que une Peñíscola con Vinarós, inaugurada el pasado octubre, ya soporta 13.314 vehículos diarios, de los que 5.500 son camiones.

Lo que también sigue aumentando (ya lo hizo en el 2014) es el tráfico en la AP-7, la autopista de peaje. En el último año este vial que cruza la provincia ha soportado una densidad media diaria de 17.325 automóviles, un 9,67% más. De esa cantidad, hasta 3.550 eran vehículos pesados.

Al alza de los vehículos que circulan por la AP-7 ha contribuido la mejora económica, pero también el hecho de que la DGT prohiba a los camiones de más de 7,5 toneladas transitar por el tramo de la N-340 que une Nules y Orpesa. Algunos de esos automóviles (la medida no afecta a los camiones con origen y destino en la provincia) han optado por la carretera de pago, aunque la mayoría ha acabado utilizando los viales CV-10 y CV-13. H