A más. Los festivales de música cierran un verano de crecimiento, con las mejores cifras de asistentes en años, colgando carteles de no hay entradas en sus taquillas y con previsión de que el 2018 será mejor. Llega septiembre y, mientras, el reciente Benicassim Electronic Fest (BEF) hace balance de una tercera edición celebrada hace apenas una semana de «rotundo éxito» según sus organizadores, con más escenarios, más bandas y DJ internacionales en dos días con 8.000 espectadores. Pero atrás queda un larga temporada de macrocitas musicales que muestran cómo el mercado de la cultura no pierde comba y vuelve a la senda de los récords tras plantar cara a la crisis y al lastre del IVA cultural, y afrontar el blindaje por seguridad al ser clasificados como de alto riesgo de atentado por la alta concentración de personas.

Las grandes muestras de Castellón, el póker de ases formado por el Arenal Sound (AS), Festival Internacional de Benicàssim (FIB), Rototom Sunsplash, y, este 2017, un San San recién aterrizado --en Semana Santa--, exhiben músculo y sientan las bases para sus futuras ediciones, que se prevé, según coinciden sus organizadores, «serán mejores». Por los escenarios de Burriana y Benicàssim han pasado este verano nombres de Champions que han captado a un público muy diferenciado en cada caso, y que han generado unos niveles de ocupación hotelera y de consumo turístico que han rozado el 100%.

Castellón despide su temporada de festivales superando la barrera de los 730.000 espectadores, en un ránking que encabeza el Arenal (300.000 jóvenes en seis días, con el sold out en los abonos cuatro meses antes), el FIB (173.000 en cuatro, con un lleno hasta la bandera el sábado), Rototom (220.000 en ocho) y el San San (8.000 en cuatro). Y dejando, en total, un impacto económico de 101,5 millones de euros y la generación, en números redondos, de 8.000 puestos de trabajo.

«PUNTALES DE LA ECONOMÍA» // El presidente de la Asociación de Hosteleros y Empresarios Turísticos de Castellón (Ashotur), Carlos Escorihuela, destaca una vez más la «importancia» de los festivales para la economía provincial. «Son puntales --dice--, con unas ocupaciones que, por días, han rozado el lleno, superando con creces el 95% en el caso, por ejemplo, del FIB, sobre todo de británicos, con una ligera alza con respecto a años anteriores, acompañada de un alto consumo en oferta complementaria, y aupados además por la llegada en vuelos regulares con conexión directa al aeropuerto a precios competitivos». Además, tiene que ver, y mucho, la mejora económica y la calidad de las propuestas, cada una en su estilo. Desde varios hoteles de Castellón y Benicàssim aseguran que «ya hay quien ha reservado su habitación para el 2018».

«La música es un escaparate y una diferenciación turística», expone Escorihuela. «Es una marca que hay que potenciar, porque se están generando clientes de futuro, con unos festivales ya consolidados que mandan en la gran oferta de toda España y que ponen a Castellón en el mapa», señala. Al respecto, el presidente de la Diputación, Javier Moliner, califica de «exitosa» la campaña festivalera que ahora acaba. «Somos el epicentro cultural del sur de Europa, y eso nos posiciona para hacer de la música una estrategia de promoción», explica.

Los conciertos son una excusa para venir a Castellón. Y muy buena, más allá del sol y playa. Además, el nicho de mercado es «muy amplio», según el presidente de la patronal. Desde el joven universitario que arrasa en el Arenal al público familiar del Rototom, y con un público que se hace mayor a la par que pasan las ediciones y que es «un cliente ya fidelizado», según Escorihuela. E internacional. Solo el Sunsplash atrae a público de 98 países, el FIB tiene un 49% de Reino Unido e Irlanda, y, mientras el San San capta a la Comunitat principalmente, el Arenal mueve sus tentáculos por toda España, con cada vez más presencia foránea.

CASI 600 BANDAS Y DJ // Han pisado los escenarios de la provincia este 2017 desde los Red Hot Chilly Peppers a Martin Garrix, a The Wailers o Kasabian, a The Weeknd o Youssou N’Dour, a Los Planetas o a Love of Lesbian, Lori Meyers, Amaral, La Habitación Roja o Amparanoia. En total, solo estas cuatro citas suman casi 600 actuaciones en directo en 22 días.

David Sánchez, director del Arenal Sound, asegura que «la mejor edición está por venir», con un «público fidelizado que agota los abonos a cuatro meses vista». El del FIB, Melvin Benn, es claro: «Queremos más». Aunque se mostró «muy satisfecho», en el «inicio de una nueva era dorada, que queremos que dure mucho», tras la edición de la recuperación, con 7.000 asistentes más que en el 2016 y en la senda de los 200.000 del 2009 y el 2011. Filippo Giunta, director del Rototom, pone la mirada en su 25º aniversario, tras firmar ocho días de «música, multiculturalidad y convivencia», y un éxito en su faceta on line, pues sus transmisiones en streaming han llegado a 2 millones de personas de todo el mundo. El FIB ya ha dado fechas para su 24ª edición, del 19 al 22 de julio, con las entradas a la venta; mientras el Arenal, del 31 de julio al 5 de agosto, las sacará al público el 19 de noviembre.