Castellón ha triplicado sus controles sanitarios para detectar casos de violencia de género en los hospitales y centros de salud de la provincia y el esfuerzo ha dado sus frutos. Gracias al incremento de los tests antimaltrato, que fueron un total de 7.013 durante el 2016, también se ha logrado localizar a más víctimas.

En concreto, 278 cribados de violencia machista dieron positivo el pasado año en Castellón, frente a los 104 del 2015, cuando se efectuaron 2.417 controles médicos, según datos proporcionados por la Conselleria de Sanidad al diario Mediterráneo.

El cribado universal es una práctica en la que la Comunitat Valenciana es pionera y por la que fue distinguida por el Ministerio con un reconocimiento de buenas prácticas clínicas en el año 2015. El proceso comienza con un simple cuestionario que puede formular cualquier médico de atención primaria, con preguntas como, entre otras, ¿te has sentido alguna vez una mujer maltratada? Los resultados son, en muchas ocasiones, sorprendentes y es que los médicos pueden tener un papel fundamental para que casos ocultos vean la luz.

Muchos de estos profesionales, además de contar con la formación adecuada, mantienen una relación de confianza con sus pacientes, a las que tratan desde hace años y conocen en profundidad. Ese clima de intimidad hace que algunas de las afectadas se abran a sus doctores sin haberse atrevido nunca a verbalizar lo sucedido o acudir a la policía o al juzgado a denunciar lo ocurrido.

Los cribados que arrojan un resultado positivo en los ambulatorios o centros hospitalarios se ponen en manos de la justicia y, en ocasiones, se acompañan de partes de lesiones. Los facultativos siguen el protocolo entonces para detectar, además, si las afectadas por el maltrato sufren ansiedad, depresión o si, incluso, pueden llegar a autolesionarse.