Dudas y más dudas. El anuncio que hizo el lunes la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, de impulsar un pacto nacional por la conciliación laboral y familiar no convence a empresarios, sindicatos ni a los castellonenses a pie de calle.

La iniciativa del Gobierno, que ha planteado su intención de que la jornada laboral concluya a las 18.00 horas, se ve casi como una utopía tanto por la situación económica actual como por la idiosincrasia del propio país. Así lo percibe la presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón, María Dolores Guillamón, quien considera que la aplicación de dicho horario sería «muy difícil» por las necesidades y características de cada sector y empresa.

«Ojalá se pueda conciliar y si la propuesta del Gobierno central puede llevarse a buen puerto, para mí merecerá un 10. Por desgracia, no creo que sea tan fácil y veo muy complicado que sea una realidad en todas las empresas», apuntó ayer Guillamón en declaraciones a Mediterráneo.

«MISIÓN IMPOSIBLE» / En la misma línea se pronunció el presidente de la Confederación de Comerciantes y Autónomos de la Comunitat (Covaco), Cipriano Cortés, quien calificó de «misión imposible» el horario planteado.

Para los comerciantes la propuesta tiene una doble vertiente, una positiva y otra negativa. Por una parte, los clientes contarían con más tiempo libre para las compras; por otra, creen imposible readaptar su horario de tienda. «La idea resultaría especialmente complicada en verano, cuando, debido al calor, los comercios y las calles están vacíos hasta las siete u ocho de la tarde. Nuestra climatología nos obliga a retrasarlo todo», apuntó.

En el caso de la agricultura y la ganadería la aplicación de la propuesta horaria resulta todavía más compleja. Tal y como explicó ayer el secretario general de la Unió, Ramón Mampel, el trabajo en el campo se rige por las horas de sol y depende totalmente de las condiciones meteorológicas.

«Los agricultores no pueden trabajar a mediodía, sobre todo en verano, cuando baja la productividad y hay que descansar. Somos un sector aparte y el mundo global no nos lo ha puesto nada fácil», incidió Mampel.

Los sindicatos castellonenses tampoco confían en la iniciativa de Báñez y consideran la propuesta «una cuestión de imagen». Francisco Sacacia, líder de UGT en Castellón, aseguró que, aunque la idea de flexibilizar horarios y conciliar es muy buena, se tiene que hacer en función de cada empresa. «No tiene sentido decir que todos saldremos a las seis porque no se puede, es inviable. Para llegar a algo así habría que cambiar la cultura española», apuntó. Su homólogo en Comisiones Obreras (CCOO), Manel Nieto, suscribió sus palabras y sostuvo: «De entrada, lo veo complicado por nuestra mentalidad». En este sentido, apuntó que, aunque el sindicato al que representa es contrario al presentismo y la idea le parece buena, «nos vamos a encontrar con una patronal que no estará receptiva». Añadió que, en caso de aprobarse, la medida tendría un impacto «mínimo».

Los castellonenses se suman a las dudas de empresarios y sindicatos. «Sería ideal, pero en los tiempos que corren tengo dudas», aseveró Marta Clausell, dependienta. «Creo que es una idea buena, pero que no cumplirán», dijo el estudiante Pablo López.