Castellón y La Vuelta van camino de formar la simbiosis perfecta. La presencia en la provincia, por tercer año consecutivo, de la principal carrera ciclista española, al margen de ser uno de los acontecimientos deportivos con mayor impacto del mundo, ratifica la reciprocidad del éxito, que permite que Castellón sea conocido en los 300 millones de espectadores potenciales de este evento y, a la vez, la ronda refuerce su marca y prestigio como espectáculo accesible y asequible, como quedó demostrado de nuevo ayer, con una jornada del ciclismo del bueno. Y hoy, más.

De Benicàssim a la ermita de Santa Llúcia en Alcossebre, pasando por Castellón, Orpesa, Cabanes, Vall d’Alba, Serra d’en Galceran, Benlloch, Vilanova d’Alcolea, la Torre d’en Domènec, la Serratella, les Coves de Vinromà y Alcalà de Xivert. Todas las poblaciones por la que discurrió la serpiente multicolor, se volcaron a lo largo de los 175 kilómetros de una jornada que discurrió íntegramente por la provincia. Un recorrido que se complementará al de hoy y que se entronca con el de las dos visitas más recientes de La Vuelta (años 2015 y 2016), que prácticamente han descubierto todos y cada uno de los rincones más atractivos de la provincia, además de haber desfilado por la mayoría de las poblaciones más relevantes de la provincia y por otras que, gracias al paso del pelotón internacional, han tenido su visibilidad.

GENTE Y MÁS GENTE

Nuevamente, Castellón ha estado a la altura de un espectáculo de esta magnitud. Pueblos engalanados (Vilanova d’Alcolea, incluso, sacó a la banda de música), las cuestas de los altos puntuables repletas de público desafiando el calor y, sobre todo, el abarrotado final de etapa en Santa Llúcia (según el Ayuntamiento de Alcalà de Xivert, más de 20.000 personas contemplaron el paso de los ciclistas en el término municipal, especialmente en las rampas que conducían a la línea de meta, informa Bartomeu Roig). La ascención a esta ermita tomó el testigo de ese alabado Mas de la Costa. Además, en plena temporada alta, las carreteras de la provincia también contaron con el apoyo tanto de turistas amantes de este tipo de eventos, al lado de un aficionado más especializado que suele seguir una carrera de esta envergadura. Muchos de ellos seguro que vuelven. Como La Vuelta.

UNA NUEVA JOYA

La prueba de que la organización está más que satisfecha con el resultado y todo el juego que da Castellón, es que ha echado raíces y, además, no pasa de puntillas. Este año, otra vez, una segunda etapa discurrirá por la provincia. Hoy, cerca de la mitad de los 204 kilómetros que separan Vila-real del Port de Sagunt se desarrollarán por las carreteras de la provincia, permitiendo exhibir ese otro tesoro como es la Serra d’Espadà.

La Vuelta es lo que es y tiene el pedigrí que tiene por el espectáculo que ofrece y, a la vez, por su participación, cada vez con más caché y cada vez con más ganas de ser protagonista. Todo un cuádruple vencedor del Tour como Chris Froome echa el resto por inscribir su nombre por primera vez en el palmarés y lograr una gesta: ser el primero, en más de 40 años, que gana, el mismo año, la ronda gala y la española.

CONTADOR RENACE

El británico reforzó su liderato en una etapa rompepiernas, que confirmó la recuperación de un Alberto Contador que no quiere colgar la bicicleta sin ser fiel a sí mismo y plantear batalla. Por delante de todos ellos, un ciclista kazajo, Alexey Lutsenko, ganaba la etapa, llegando en solitario y mostrándose el más fuerte en una escapada con hasta 17 integrantes que cabalgó en solitario desde los primeros kilómetros.