El número de transacciones de viviendas con precios que oscilan entre los 50.000 y los 80.000 euros se ha incrementado en los últimos tres años. “Los contratos se siguen realizando, pero ha cambiado de una manera importante tanto la naturaleza del inmueble como el perfil del cliente”, señalan fuentes notariales.

Seis de cada diez contratos de compraventa de viviendas realizados en el último año en la provincia de Castellón corresponden a pisos low cost, según los últimos análisis estadísticos, lo que se añade que “no solo ha cambiado el guión, sino también los actores”. El perfil del nuevo cliente de este tipo de viviendas obedece a familias inmigrantes, con recursos propios, con contrato laboral estable, que llevan más de diez años en Castellón y que han visto en los actuales precios una oportunidad de abandonar el alquiler mensual por una vivienda que sea en propiedad.

CAMBIAN LAS FORMAS // Por otro lado, los hábitos de compra han cambiado en los últimos nueve años, según se indica desde el sector y ha caído la dependencia de las diferentes entidades financieras a la hora de plantearse la adquisición de una casa, de un local o un trastero, según los testimonios recogidos de titulares de notarías, cuyas oficinas han pasado en este periodo de ser centro de un gran volumen de transacciones a otro periodo donde cobraron protagonismo las refinanciaciones de deuda hipotecaria.

“Ahora ya hablamos de operaciones nuevas, con lo que hemos entrado en un periodo absolutamente abierto, nada que ver con el anterior, donde las cajas de ahorros prácticamente han desaparecido y las centrales bancarias han cobrado casi todo el protagonismo en detrimento de las oficinas de proximidad”, indican las mismas fuentes consultadas.

De cara al futuro, se prevé que esta tendencia se mantendrá, “con un crecimiento prácticamente lineal de las transacciones inmobiliarias”, según estiman fuentes del sector en la provincia, que consideran que el mercado encontrará su estabilidad en la contención de los precios, una oferta que esté ajustada a la demanda y “un comportamiento racional del préstamo hipotecario, donde prevalecerá el valor garantista en los contratos”.

En cuanto a previsiones, el sector no espera que el 2016 sea un año que rompa la actual tendencia, sino que mantendrá el comportamiento que ha venido mostrando a lo largo de los últimos meses, con un cambio de modelo y perfiles de comprador. H