El Decanato Autonómico de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de la Comunitat Valenciana ha contabilizado el cambio de sede social de seis empresas catalanas a Castellón, una tendencia acuciada por el proceso del desafío soberanista. El citado trasvase de negocios se ha producido desde el referéndum ilegal del 1 de octubre hasta el pasado viernes, 27 de octubre, último dato oficial, por lo que esta fuga de pymes se habría materializado en un breve periodo de tiempo, en apenas un mes.

Como ya publicó Mediterráneo, durante la primera quincena de octubre, aproximadamente, hasta cuatro mercantiles catalanas redireccionaron su domicilio social a la provincia de Castellón. A estas, en las siguientes dos semanas, se habrían deslocalizado dos nuevas empresas, siendo actualmente la cifra global de seis.

Con todo, los expertos apuntaron que el trámite en el registro provincial es el último paso en un proceso como estos de cambio de sede, pero se oficializa cuando ya ha transcurrido un tiempo, por lo que en las próximas semanas podría darse a conocer un volumen aún más elevado.

Aunque Castellón no está teniendo el tirón de las grandes capitales, como Madrid, València, Palma, Zaragoza o Alicante, sí cuenta con su particular atractivo por su ubicación geográfica próxima al territorio catalán, así como por el volumen de suelo industrial disponible al norte de la provincia, en términos municipales como Alcalà de Xivert. Con todo, a fecha de hoy no se ha materializado ningún traslado de instalaciones de empresas.

Comparado con el resto de la Comunitat, en el periodo analizado, Castellón es la que menos empresas catalanas ha atraído: seis; frente a las 15 que han hecho efectivo su cambio de sede a València y las 10 a Alicante.

LOS BANCOS, A LA VANGUARDIA

Las entidades financieras también han apostado por la Comunitat, de modo que Caixabank ha fijado su nuevo domicilio social en València; mientras que el Banco Sabadell ha hecho lo propio, pero en la ciudad de Alicante.

Por ahora, la Cámara de Comercio recibió consultas de dos empresas textiles catalanas por venir a la provincia. Además, una empresa de metal y ferreterías de Tarragona visitó terrenos en Sant Jordi para instalarse. Pero hasta ahora no hay nada cerrado.