Una de las fórmulas que los terroristas habían ideado para autofinanciarse sin levantar sospechas era con la venta de joyas de oro en diversos establecimientos de compra venta de esta metal precioso en Vinaròs, tal y como desvela esta semana la revista Interviú, que realiza una reconstrucción de los sucesivos hechos que precedieron a los dos atentados de Cataluña en base a un informe elaborado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con fecha del 18 de agosto.

Y es que la proximidad del lugar que se había convertido en el centro de operaciones de los islamistas radicales, la casa okupada de Alcanar, con nuestra provincia, hizo que los terroristas pisaran el norte de Castellón con cierta asiduidad, sobre todo para realizar este tipo de negocios pasando totalmente desapercibidos.

LLEVABAN UN AÑO EN ELLO // La confesión que hizo ante la Audiencia Nacional el islamista superviviente en la explosión de la casa de Alcanar, Mohamed Houli (que durante el estallido estaba en la cocina fregando y salvó la vida), fue que llevaban «un año preparándo el atentado» y además desvelcó que podían haber actuado hace un mes y medio, es decir, a principios de julio.

Si el oro que vendían era suyo o robado, es otro extremo que deberán de resolver los investigadores en unas pesquisas de las que se ha hecho cargo ya el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) del Ministerio del Interior.