Los expertos diferencian entre la protección pasiva y la activa. La segunda se pone en marcha cuando se reporta el suceso. La pasiva, sin embargo, es la que puede evitar que el fuego se descontrole. En este punto se incluye cerrar puertas y ventanas, aunque la lógica pueda dictar todo lo contrario. «Hay que cerrar siempre la puerta donde se encuentra el fuego para confinarlo y retrasar su propagación», explican los propios bomberos de Castellón.

Cuando el fuego ya se ha propagado, los bomberos recomiendan no salir de la habitación si hay humo fuera y cerrar bien la puerta. También taponar las rendijas con toallas o sábanas húmedas. «Si hay que salir y hay humo se debe respirar siempre a través de un pañuelo húmedo. Hay que avanzar agachado o a gatas y pegado a la pared», insisten.

Pero, ¿qué ocurre cuando el fuego se produce en la vivienda inferior? Las recomendaciones, en este caso, también son claras: hay que cerrar ventanas y bajar todas las persianas para evitar la entrada de humo y fuego. También resulta importante no utilizar el ascensor de la finca, ya que puede haber un corte de fluido eléctrico durante el incendio. «Si el camino está invadido por el humo, hay que dar marcha atrás y volver por donde se ha venido», insisten los bomberos municipales. Si el fuego prende nuestra ropa, no hay que correr. Hay que tirarse al suelo y rodar.