Invierno demográfico. La provincia de Castellón ha visto disminuir el número de nacimientos en hospitales públicos un 30% en los últimos siete años. Según los datos facilitados ayer por la Conselleria de Sanidad, si en el 2008 la provincia registró 5.579 alumbramientos en centros sanitarios públicos castellonenses, el año pasado la cifra bajó hasta situarse en 3.863.

La concepción de bebés ha ido a menos desde el 2008, cuando se registró la cifra más alta desde que comenzó la crisis y, a pesar de que en el último año se han apreciado los primeros síntomas de recuperación económica, esta aún no se ha notado en los paritorios, pues entre 2014 y 2015 nacieron 142 críos menos.

Este descenso, de hecho, ya provocó que durante el primer semestre del 2015 las muertes superaran a los nacimientos (2.943 frente a 2.466), según el Instituto Nacional de Estadística.

A la hora de valorar esta situación, Javier Soriano, profesor de Geografía Humana de la Universitat Jaume I, considera “demoledora” la cifra. “Demuestra las duras secuelas de la crisis económica, que entre uno de sus efectos cuenta con una contracción drástica de la natalidad”.

EMIGRACIÓN // Soriano señala que la emigración de población joven (tanto españoles como extranjeros que llegaron aquí como inmigrantes), que se encuentra en edad especialmente reproductora (25 a 35 años) o lo estará en breve, contribuye a explicar el fuerte descenso de la natalidad.

Asimismo, señala que “muchos de los bebés que teóricamente deberían haber nacido en el 2015 en comparación con el 2008, sencillamente no han sido concebidos”. Algo que, “en parte, puede paliarse en los próximos años, porque muchas mujeres/familias pueden haber retrasado la decisión de concebir hijos ante la inseguridad laboral actual. Pero no se puede garantizar nada”.

Los datos demuestran a las claras que la tasa de natalidad ha ido disminuyendo (de 12,1 a 9,3) durante la crisis, mientras que las mujeres han ido retrasando la edad de maternidad. Ahora es a los 31 pero en 1982 era a los 28.

Soriano detalla que esta contracción tendrá consecuencias en la planificación futura de las dotaciones educativas. De hecho, en los próximos 15 años se calcula que de seguir la tendencia actual se perderían casi 25.000 alumnos y que solo el curso próximo en Castellón hay 350 niños menos de 3 años que en el actual. H