La cuesta de enero se presenta este año más pronunciada que nunca para los hosteleros y comerciantes de Castellón. Las nuevas restricciones --anunciadas el día 5 por el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ante el recrudecimiento de la pandemia en la Comunitat—limitan todavía más los horarios y aforos para los negocios de restauración a partir de hoy. Todos los bares y terrazas deberán cerrar sus puertas a las 17.00 horas hasta el 31 de enero y cada mesa podrá tener, como máximo, cuatro comensales.

Los hosteleros y los empresarios del ocio nocturno, que ya hablaban de «ruina» y reclamaban importantes paquetes de ayudas antes del endurecimiento de las medidas, critican ahora las últimas restricciones y anuncian protestas por lo que tildan de «cierre encubierto». Bares y restaurantes de la capital consultados consideran que el cierre de los establecimientos al finalizar el servicio de comidas será «nuestra muerte» e insisten en que la crisis del coronavirus «la estamos pagando desde marzo los mismos: la hostelería, los pubs y discotecas».

TERRAZAS LLENAS ESTAS FIESTAS

La imagen del tardeo en las plazas Santa Clara, Hernán Cortés o de la Muralla de Castelló -con todas las mesas ocupadas y esperas para coger la que quedara durante estas fiestas navideñas-- desaparecerá durante, al menos, tres semanas.

«Aunque la mayoría de la gente ya no se quedara a cenar por el toque de queda a las 23.00 horas, el tapeo y las consumiciones de las 19.00 u 20.00 horas nos estaban salvando la vida. Ahora, solo con almuerzos y comidas no sé cómo vamos a salir adelante», explica un hostelero de la zona centro.

Desde la a Asociación de Hosteleros de Castellón (Ashocas) aseguran que el sector «se desangra», mientras que la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (Ashotur) se siente «criminalizado» y lamenta que no se hayan atendido sus llamadas de socorro. Peor todavía lo tienen los locales de ocio nocturno, quienes ya no podrán abrir al tener autorización para su actividad a partir de las 17.00 horas --justo el momento en que la hostelería deberá bajar a partir de ahora la persiana en toda la Comunitat--.

La situación se presenta también de lo más incierta para los comercios. Con la reducción de aforos al 30%, las tiendas temen que la campaña de rebajas, que comienza oficialmente este martes en Castellón, sea la más floja que recuerdan. Aunque muchas tiendas ya aplicaron algunos descuentos durante la campaña navideña, los comerciantes de la provincia confiaban en que las rebajas de enero serían «un flotador» tras un complicado 2020. Sin embargo, con la reducción de la capacidad de los establecimientos y el empeoramiento de la crisis sanitaria ven peligrar la mejor época de ventas del año y no se atreven a hacer estimaciones. Además, advierten de que el adelantamiento del toque de queda a las 22.00 horas provocará que los negocios avancen también la hora de cierre para recoger y cuadrar la caja.

El pequeño comercio es el peor parado. Así lo afirma Covaco, cuya asociación incide en el «daño» que hacen a las tiendas de proximidad las ventas on line de grandes superficies y gigantes de la distribución.

La incertidumbre no se disipa en 2021, que empieza con más restricciones y dudas en Castellón.

‘Lío’ en el Consell a cuenta de la cabalgata de Reyes

Las aglomeraciones provocadas por la llegada de los Reyes Magos el martes por la tarde en la plaza del Ayuntamiento de València han desatado, además de la ira de la ciudadanía responsable, un nuevo cruce de acusaciones entre Compromís y PSPV sobre la gestión de la pandemia.

Las críticas a la celebración del acto no se hicieron esperar en un día en que se había marcado récord de muertos con 85 fallecidos en la Comunitat. Empezó el Síndic del PSPV, Manuel Mata: «creo que lo mejor es callar. Aglomeraciones en la plaza del Ayuntamiento de València para ver a los Reyes Magos». Sorprendió que le respondiera la vicepresidenta Mónica Oltra, que aún siendo del mismo partido que el alcalde Joan Ribó, le contestó sumándose al reproche: «Pues no callamos: ¡Esto es incomprensible! No podemos callar en la situación de gravedad que estamos».

Les siguió el vicepresidente Rubén Martínez Dalmau de Podemos: «Los Gobiernos, todos, han de proteger a las personas, en particular en la peor pandemia que hemos sufrido. Hace falta averiguar si el ayuntamiento ha tomado decisiones desafortunadas y pedir en su caso explicaciones y responsabilidades».

El tercer miembro del Consell en cuestionar la decisión del alcalde Joan Ribó de mantener la cabalgata fue la consellera Ana Barceló, también contundente: «Esta imagen y sus consecuencias eran evitables. Debía evitarse a toda costa la concentración de personas. Lamentable». Hora y media después del mensaje Barceló, Oltra le reprochaba a su compañera que no hubiera prohibido la cabalgata. «Sí, lamentable. Y también evitable, consellera», le dijo.

El aluvión de críticas de la oposición fue tan duro como previsible tras el lío del Consell.