Siete años después de la última visita oficial de un presidente catalán a la Comunitat (durante la etapa popular en Valencia solo se produjo aquella de José Montilla), Ximo Puig y Carles Puigdemont, los máximos dirigentes valenciano y catalán, exhibieron ayer que con el cambio en la Generalitat se ha abierto un tiempo nuevo y que en él ambos territorios van a unir fuerzas para reivindicar diferentes materias, entre ellas el ansiado corredor mediterráneo.

Solo cuatro meses después de su primer encuentro (el 18 de mayo en Barcelona) el dirigente catalán devolvió la visita a Puig. La excusa: la infraestructura ferroviaria que atraviesa ambos territorios; aunque también aprovecharon para hablar de otros temas, como la financiación, las televisiones autonómicas (la catalana fue casi propia en Castellón) o el turismo, con un convenio que atañe directamente a la provincia.

Diferentes representantes de las dos entidades que recogen el sentir de la sociedad y la economía de ambas comunidades (el Fòrum valencià pel corredor mediterrani y la Taula estratègica catalana del corredor mediterrani) volvieron a exigir ayer a Madrid desde el Palau de la Generalitat, en una cita que Puig calificó de “histórica”, el ancho ferroviario internacional que conecte el litoral mediterráneo con Europa sin necesidad de cambiar de tren.

dos reuniones al año // Y para vigilar que el Gobierno cumple su palabra (en principio el tramo de Castellón a Valencia debería haber estado en uso en diciembre), los ejecutivos valenciano y catalán constituirán una comisión permanente que evaluará el grado de ejecución de las obras y llevarán a cabo reuniones bilaterales cada seis meses, alternándolas entre Cataluña y la Comunitat. Además, la defensa del Corredor y su “impulso definitivo” se ampliará al resto de comunidades del arco mediterráneo, acordaron Puig y Puigdemont.

El objetivo es conseguir una planificación veraz de las inversiones (las obras aún no han comenzado entre Castellón y Tarragona, recordó ayer la consellera de Obras Públicas, María José Salvador) y un Corredor de alta capacidad y multimodal. Y es que, según se destacó ayer en la cumbre político-social (hubo más de 200 asistentes, entre ellos el presidente de PortCastelló, Francisco Toledo, y el de la comisión gestora de la patronal provincial, Néstor Pascual) es necesario “un cambio profundo de actitud” del futuro Gobierno de España, como resaltó Puig. “He encontrado mucha más comprensión en Bruselas que en Madrid, y esto no puede ser, porque quien está perdiendo es el conjunto de España”, afirmó el presidente de la Generalitat.

Pero en dos comunidades vecinas y con grandes vínculos comerciales (Cataluña es el principal destino de las exportaciones valencianas y también el principal proveedor de la Comunitat), el eje ferroviario es solo uno de los “muchos problemas conjuntos”, en palabras de Puig. El “injusto” sistema de financiación, como lo calificó Puigdemont, que pronto hará tres años que está caducado y no tiene propuestas de actualización, destacó el catalán, es otro de los frentes abiertos con Madrid desde dos comunidades “castigadas”, destacaron ambos, al ser de las que menos fondos reciben.

pasan a la acción // En cuanto a materias que son de su competencia, los dos dirigentes observaron la firma de un convenio de colaboración para fomentar el turismo de forma conjunta en ambas comunidades. Tratará de poner en valor rutas conjuntas por los olivos milenarios, la conservación, recuperación y promoción de pinturas rupestres y la llamada ruta de los cátaros, tres reclamos que atañen directamente a la provincia de Castellón.

Además, ambos mandatarios autonómicos anunciaron ayer la constitución de una comisión técnica que permita avanzar hacia la reciprocidad de las emisiones de la nueva Ràdio Televisió Valenciana y de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals.

Y es que, según Puig, ha habido “demasiado tiempo” de incomunicación entre la Comunitat y Cataluña: “No queremos trabajar sin mirarnos a los ojos”. H