La conciliación de la vida familiar y laboral sigue sin estar resuelta y la decisión de la diputada de Podemos, Carolina Bescansa, de acudir al Congreso de los Diputados con su bebé en brazos ha vuelto a poner en primera línea de actualidad el debate. Al margen de opiniones personales, lo cierto es que el gesto ha servido para poner en relieve que todavía queda mucho camino por recorrer en una materia en la que las trabajadoras son las grandes perjudicadas. Y como prueba, dos datos relevantes: en Castellón, el 95% de las excedencias por cuidado de hijos que se conceden son a mujeres y más del 80% de los empleos a tiempo parcial también los desempeñan ellas.

Que la conciliación y la corresponsanbilidad de la atención familiar aún presenta unos desniveles preocupantes es algo que demuestran las estadísticas de la Tesorería General de la Seguridad Social. En el 2015, 508 personas de Castellón se acogieron a una excedencia laboral por cuidado familiar y, de ellas, 474 fueron mujeres y solo 34 hombres.

Los hombres siguen incorporándose a cuentagotas y la tendencia se refuerza todavía más en el caso de las prestaciones económicas por maternidad. El año pasado se gestionaron en Castellón 3.165 expedientes de este tipo de prestación cuya cuantía equivale al cien por cien del salario y se abona directamente por el Instituto Nacional de la Seguridad Social durante las 16 semanas de permiso. La pueden disfrutar las madres en su totalidad o, una vez transcurridas las seis primeras semanas de descanso obligatorio, ceder el tiempo al padre. Es una opción, pero residual. De las 3.165, solo 67 fueron percibidas por el padre. Es decir, el 2,2 %.

JORNADAS A TIEMPO PARCIAL // El análisis es preocupante cuando a estas cifras desequilibradas se le añaden que las mujeres triplican a los hombres en el porcentaje de personas que trabajan con una jornada a tiempo parcial. En la provincia 34.100 personas trabajan a tiempo parcial, según cifras de la última Encuesta de Población Activa (EPA). 25.000 son mujeres y 9.100 hombres.

Ellas piden más excedencias, disfrutan de los permisos de maternidad y están detrás del 80% de las jornadas por horas y la explicación hay que buscarla en las diferencias salariales. La mujer, en la provincia, cobra un 23% menos que el hombre y esa brecha resulta determinante a la hora de decidir quien abandona su empleo o reduce su jornada.

La conciliación es cosa de las mujeres y las empresas no ponen mucho de su parte. Pese a que la ley obliga a todas las empresas de más de 250 trabajadores a desarrollar planes de igualdad que incorporen medidas para favorecer la no discriminación laboral y la conciliación de la vida familiar, laboral y personal, solo 27 tienen el visado, según datos de la Conselleria de Igualdad y Politícas inclusivas. “Que solo 27 tengan visado me parece muy triste”, reconoce Alberto Ibáñez, secretario autonómico de Inclusión y de la Agencia Valenciana de la Igualdad, que anuncia cambios en el sistema. “Hay que dotar a los planes de mayor prestigio y más exigencias y las empresas que los tengan deben contar con alguna ventaja a la hora de contratar con la Administración”, argumenta.

CAMBIO CULTURAL // El papel de la Administración es esencial pero falta también un cambio de cultura. “A las empresas les sigue costando aceptar que una persona, generalmente mujer, pida una excedencia o una reducción de jornada”, denuncia María Oset Serra, de la fundación Concilia, con sede en la Vall dUixó. La entidad, idea de la empresaria Marcela de Hoyos, presta asesoramiento a mujeres sobre derechos laborales tras la maternidad. Y, las más concienciadas son las compañías más grandes. H