El tramo del corredor mediterráneo entre Castellón y Tarragona, que tendrá ancho internacional, no estará finalizado hasta el año 2022, lo que significa un retraso de siete años respecto a la primera fecha que fijaron desde el Ministerio de Fomento cuando concibió el proyecto en el 2012. Eso, claro, contando con que se cumplan los plazos que se dieron a conocer a finales del año pasado, algo que no ofrece total fiabilidad si se tiene en cuenta que el diseño de esta conexión ha sufrido hasta cuatro cambios, tal y como informó Mediterráneo.

A día de hoy, este tramo tendrá ancho internacional, según marca el estudio informativo del proyecto dado a conocer el pasado mes de noviembre. De este modo, y apelando al poco tráfico existente entre ambos destinos, Fomento ha optado por ignorar las reivindicaciones llegadas desde la provincia, reclamando la doble plataforma o el tercer hilo para que los trenes de pasajeros y de mercancías no compartan vía, lo que perjudicaría bastante la actividad exportadora.

«Aquí hay un popurrí que no hay quien lo entienda», resume el presidente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, Manuel Miñes, en referencia a la disparidad de criterios del Ministerio en los diferentes tramos. «El ancho internacional está muy bien si se pusiera en todos, pero no es así. El sentido común marca que lo mejor era un ancho mixto», añade.

Miñes coincide con las críticas del president de la Generalitat, Ximo Puig, que reconoció que la doble plataforma era la opción más indicada para dicho tramo.

PRESUPUESTO TOTAL // De momento, la opción de instalar el tercer hilo una vez estuvieran finalizadas las obras ha sido descartada en el estudio elaborado por Fomento, apelando a que no hay tanto paso de trenes como para justificar dicho gasto. La inversión total prevista para estas obras es de 81,7 millones de euros, 48 para el tramo que va entre Castelló y Vinaròs y 33 para el que une Vinaròs y Vandellós.

Desde la Asociación de Empresarios Valencianos (AVE) su presidente, Vicente Boluda, cree que hay que seguir trabajando para evitar que las obras se retrasen al horizonte del 2030 «porque estamos convencidos de que el Corredor generará empleo y hará de España un país más conectado. Potenciando el mediterráneo español se fortalece al conjunto, tanto para los viajeros como para el tejido productivo.