La recién nombrada ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, aseguró ayer que seguirá como secretaria general del PP tras el Congreso que el partido conservador celebrará previsiblemente en enero o febrero del 2017. Cospedal tiene intención de seguir como número 2 del partido incluso después de un Congreso que el líder popular ha retrasado más de dos años, con el argumento de que las prioridades eran otras, y que en un principio servirá para establecer las cuotas de poder cara a la sucesión, aún sin fecha, del presidente.

La nueva ministra confirmó que simultaneará sus tareas al frente de Defensa con las del PP en una conversación informal con un grupo de periodistas. «No os vais a librar de mí», bromeó con la prensa que habitualmente sigue al partido, tras tomar posesión de su cargo.

Al acto en el Ministerio de Defensa acudieron seis ministros, los presidentes del Congreso y el Senado, prácticamente toda la cúpula popular, buena parte del grupo parlamentario en el Congreso, dirigentes conservadores de Castilla La-Mancha y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. De esta forma, el PP quiso volcarse en la toma de posesión de la nueva ministra, que se estrenó en sus nuevas funciones pasando, bajo la lluvia, revista a las tropas y rindiendo honores a la bandera. Asimismo, asumió su cartera con el compromiso de «trabajar por el bien general y en beneficio y por la grandeza de España» y con la «ayuda de Dios».

Despues de jurar o prometer sus cargos ante el Rey a primera hora de la mañana y participar en una reunión «protocolaria» del Consejo de Ministros,se celebró los intercambios de Carteras en Fomento y Exteriores, a los que acudieron varios miembros del nuevo Ejecutivo para arropar a sus colegas. Así, el nuevo titular de Fomento, Íñigo de la Serna, arropado por la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría, tomó posesión con mucha prudencia, sin prometer el aumento de inversiones que los representantes de las grandes constructoras presentes en el acto esperan como agua de mayo.

Alfonso Dastis, por su parte, garantizó que tras casi un año en el que el país ha paralizado su impulso por haber estado en funciones su objetivo es «volverle a dar al botón del play y demostrar que España está de verdad de vuelta». Su antecesor en el Ministerio de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se despidió como ministro agradeciendo a Rajoy la confianza otorgada.

Por su parte, el nuevo ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, despidió de su antecesor, Jorge Fernández Díaz, asegurando que «todavía le queda mucho por servir a España», algo de lo que había hecho «una constante en su vida». El ya exministro de Interior destacó en su intervención la presencia de «prácticamente todo el gobierno», con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a la cabeza. También asistieron la presidenta del Congreso, Ana Pastor. H