La industria de la provincia de Castellón está en un momento de bonanza para las inversiones, millonarias, que no solo se dan en el sector de la cerámica, como ya publicó Mediterráneo, sino también en otros en expansión como la maquinaria, química, energía o auxiliares. Ganar competitividad es clave, ya sea invirtiendo en la compra de otras empresas para elevar su tamaño y producir más; ampliar naves y con ello la superficie de producción; construir nuevas sedes o adquirir hornos, maquinaria punta o automatismos digitales que rentabilicen la fase de fabricación.

¿Por qué ahora? Además de la estabilidad financiera de las compañías, ha pesado la decisión de apostar por la I+D+i, la flexibilidad para el acceso al crédito y la incorporación de fondos de inversión extranjeros que han inyectado dinamismo y garantías.

El economista castellonense Enrique Domínguez resalta que «el precio más barato del dinero, debido a los bajos tipos de interés, ha facilitado el acceso al crédito y las empresas se están animando a invertir». Asimismo, añade que incluso mercantiles con reserva de fondos optan por financiarse, dado que «no les resta en el balance de cuentas anual».

Desde la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), presidida por Isidro Zarzoso, corroboran que «hay empresas que vuelven a invertir en mejorar, renovar o ampliar sus instalaciones productivas». «El crecimiento general en las ventas, la renovación de maquinaria, la incorporación de nuevas tecnologías o la producción de nuevos formatos, en un contexto de bajos tipos de interés, animan a los fabricantes a invertir en equipos e instalaciones productivas», indican.

Para el catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Politécnica de Valencia y autor del proyecto del plan estratégico industrial de la Comunitat, José Luis Hervás, «vienen unos años muy interesantes y buenos para el clúster cerámico. La inversión va a resultar obligada».

COMPETITIVIDAD / En opinión de Hervás, a la industria de Castellón le conviene «adecuar su capacidad productiva al contexto económico favorable, nacional e internacional. Y pensar que una mejor maquinaria le ayuda a reducir el coste energético, adaptarse a los grandes formatos actuales, mejorar el impacto ambiental y apostar por digitalizar la producción, el 4.0». En su análisis, añade que «se produce ya cerámica a niveles precrisis (similar en m2 al 2008) con una sustancial diferencia: casi con el 40% menos de empresas y el 30% menos de ocupados. Para consolidar esa productividad se precisa más y mejor tecnología, e invertir».

Desde el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), su director, Manuel Illueca, tras conocer de tú a tú las demandas de los empresarios de Castellón, lanzará una línea específica de financiación para invertir en innovación (como la compra de maquinaria), a interés cero, en función de la situación de la empresa. Otro revulsivo cuya orden es «inminente» y, señalan desde el IVF, que la esperan «en 15 días, una vez se complete la tramitación, del Consell Jurídic Consultiu, etc».

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