Los municipios son las administraciones públicas más saneadas y lo son cada vez más. La Ley de Estabilidad Presupuestaria, aprobada en 2012, ha funcionado como un corsé para casi todos los ayuntamientos hasta el punto de que el 44% de los municipios de la provincia (60 de 135) pueden presumir de tener una deuda cero. Quienes todavía no la tienen van saldándola poco a poco, ya que durante el último año han logrado reducir su pasivo otro 25%, hasta los 208,5 millones, la cifra más baja desde antes de la crisis.

La estricta dieta que en los últimos años han realizado los ayuntamientos de la provincia ha dado ya sus frutos. El conjunto de las corporaciones municipales de la provincia rebajaron su deuda el año pasado en otros 53 millones de euros y la cifra nada tiene que ver con la de hace cinco años. En el 2012, y según los datos del Ministerio de Hacienda, los ayuntamientos acumulaban un pasivo de 351,9 millones. Todo un récord. Hoy la cifra se ha reducido hasta los 208 millones.

Castellón ha sido el municipio de la provincia que ha amortizado una mayor porción de créditos y préstamos. Solo en el último año ha reducido su deuda en 25,1 millones de euros, uno de los ejercicios de desapalancamiento más radicales, según Hacienda. Hoy la deuda per cápita de la capital se sitúa en 389 euros, frente a los 534 del año pasado. La situación financiera de la ciudad de Castellón es mejor que la de València (con una deuda per cápita de 830 euros), pero algo peor que la de Alicante (278€).

Casi todas las localidades de más de 10.000 habitantes de la provincia han aligerado sus compromisos financieros. Almassora por ejemplo, ha bajado sus créditos en algo más de 500.000 euros, desde los 5,2 millones del 2015 a los 4,7 al cierre del 2016. Además, es el tercer municipio de más de 10.000 habitantes con menos deuda per cápita de la provincia y solo le aventaja Nules y Onda. «La clave ha sido la amortización anticipada de deuda y la renuncia a nuevos préstamos», apunta Santiago Agustí, concejal de Hacienda, quien recuerda que los últimos créditos concertados por el Ayuntamiento fueron los aprobados para hacer frente a la sentencia millonaria por la expropiación de los terrenos de la avenida Generalitat. «La situación se ha ido corrigiendo sin necesidad de endeudarnos más, justo al contrario, ya que el equipo de gobierno actual no ha firmado ningún préstamo ni tiene previsto hacerlo», insiste.

LOS MÁS ENDEUDADOS

Pero no todo el mundo ha hecho los mismos esfuerzos para tratar de sanearse. Aunque en líneas generales, la deuda viva de los ayuntamientos ha ido claramente a la baja, hay alguna excepción. En Castellón, el municipio con una deuda per càpita más elevada es Navajas. De hecho, y siempre según los datos que maneja el departamento de Cristóbal Montoro, su ayuntamiento cerró el 2016 con un pasivo per cápita de 6.746 euros y es, además, el cuarto más endeudado de España. El pecado original de esta localidad del Alto Palancia de 745 habitantes ha sido la construcción de una Casa de Cultura, un polideportivo o el traslado de las dependencias consistoriales a una casa señorial de las afueras del casco urbano.

A Navajas le sigue Sorita, que acumula un endeudamiento por persona de 4.354 euros, aunque su situación ha mejorado si se la compara con la registrada en el 2014, cuando la cifra ascendía a 6.955 euros. El tercer lugar lo ocupa Villores (3.060 euros de deuda por habitante).

¿De dónde viene la deuda? Los alcaldes vivieron como una época dorada el periodo comprendido entre 2000-2007. El boom del ladrillo proveía de dinero a raudales a los municipios, que se lanzaron a construir polideportivos, centros de convenciones, parques y otras obras. Pero también comenzaron a reforzar los servicios sociales y a cubrir aquellas necesidades ciudadanas a las que las comunidades no llegaban. Y, claro, para hacer todo eso tiraron de préstamos.