las siete de la tarde encontrar una máquina libre con la que sacar músculo es misión imposible en buena parte de los gimnasios de Castellón. Como también lo es salir a correr o a caminar y no encontrarse con algún conocido. Porque si hace unos años lo normal era acabar de trabajar y reunirse en el bar con los amigos para ver la Champions, hoy las rutinas han cambiado. La barra del bar ha sido reemplazada por unas mallas y un par de zapatillas de deporte y salir un rato a correr, jugar una partida de pádel o asistir a una clase de spinning forma parte de una nueva religión, la del sudor. Y el sudor cotiza cada vez más alto.

El ejercicio físico está de moda. Pocos sectores en Castellón pueden presumir no solo de haber esquivado la crisis sino de seguir creciendo y hacerlo incluso en los peores momentos. Un par de datos basta para entenderlo: en el 2017, y según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la provincia se contablizaban 595 empresas cuya actividad principal era deportiva. En 2011 eran 444. O lo que es lo mismo, un 34% más en seis años. Además, el gasto de los hogares de la provincia en bienes y servicios deportivos no conoce de números rojos y ya supera los 192 euros anuales, lo que da un montante global de 44,1 millones. Y todo eso sin contar el impacto económico que supone para Castellón el centenar largo de pruebas deportivas que se celebran a lo largo del año.

La industria del deporte amateur en Castellón no es homogénea. Abarca a decenas de agentes, desde gimnasios y clubs, tiendas de prendas deportivas, empresas que organizan eventos, servicios de medicina deportiva y hasta diseñadores de equipamientos, que también los hay. Y casi todos están creciendo. «El deporte en Castellón está en el mejor momento de la historia», resume Enric Porcar, concejal de Deportes del ayuntamiento de la capital y, además, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Porcar habla con conocimiento de causa. Las instalaciones municipales contabilizan 45.000 usos semanales, lo que supone entre 20.000 y 22.000 usuarios constantes. «Y todo eso tirando por lo bajo, ya que hay actividades que son muy difíciles de cuantificar», describe el edil que destaca el éxito de las escuelas municipales que cada año organiza el Patronato Municipal de Deportes. «Por 40 euros al año hay miles de niños que practican deportes como el baloncesto, balonmano, ciclismo o equitación y, además, el objetivo del ayuntamiento para el próximo curso escolar es continuar ampliándolas», avanza.

MUCHO MÁS QUE GIMNASIOS // Si las escuelas municipales son cada vez más populares, el negocio del fittness también está en buena forma. En España, las cadenas de gimnasios y clubs facturaron 950 millones de euros en 2017, un 6% más que en el ejercicio anterior, según el Observatorio Sectorial DBK de Informa D&B. «El crecimiento del empleo y del consumo privado, junto con la persistencia de unos hábitos cada vez más orientados a la mejora de la salud, favorecerán a medio plazo la actividad de las compañías del sector», concluye el informe.

A los centros privados deportivos les va bien y eso que la competencia en el sector es brutal. Por eso cada empresa busca la especialización. Impala Sportclub & Spa, en el Grau, lo ha hecho en la salud. «Apostamos por el deporte en familia, por facilitar al máximo la conjunción de nuestros tres valores, que son el bienestar personal, la salud y el deporte», explica Carlos Murria, director comercial de un centro que ha cumplido siete años y cuenta con más de 2.200 socios. «La impresión es que se trata de un sector en auge en la provincia, ya que la gente cada vez se cuida más», añade Murria.

Otro subsector que vive un momento dulce es el turismo especializado en actividades físicas. Lo sabe bien Jorge Martínez, director de Sargantana Aventuras, con sede en Onda, especializada en organizar actividades como barranquismo, senderismo, escaladas o rutas en bicicleta por la montaña. ¿Sus clientes? Urbanitas de 20 a 50 años. «El deporte está de moda y la montaña también y eso explica porqué este sector está en auge total», sentencia el responsable de una empresa que nació en 2010. H