A poco menos de una década desde que comenzaran a darse los primeros síntomas de la crisis, la provincia de Castellón ha vuelto a la senda del crecimiento casi de una forma plena, en una recuperación que tiene en las todavía elevadas tasas de desempleo y una aún insuficiente inversión en I+D+i sus dos mayores asignaturas pendientes. Así, mientras los diferentes indicadores macroeconómicos recobran el pulso perdido, el mercado de trabajo de Castellón ha visto desaparecer en este tiempo casi 11.000 empleos, con un sustancial repunte de la temporalidad.

Hoy, apenas uno de cada diez contratos laborales que se formalizan es indefinido y el grado de parcialidad alcanza ya el 40% del total de la población activa. Los últimos datos sí reflejan una recuperación por encima de la media nacional si se compara con un año atrás: con un recorte en 6.200 desempleados, por lo que la cifra de parados se sitúa en 51.500, el 19,5% de la población activa, según la EPA.

En este escenario económico destaca el comportamiento de un comercio exterior que, un año más y empujado por la buena salud del azulejo, bate récords en cuanto a exportaciones. A lo largo de 2016, las empresas castellonenses vendieron fuera por valor de 6.469 millones de euros, lo que representa ya el 22,5% de las exportaciones que se dan en toda la Comunitat Valenciana.

Además, en este contexto destaca el creciente protagonismo de las pymes internacionalizadas, que han hecho que el número de empresas exportadoras en Castellón se eleve a las 3.561, de las cuales un tercio de ellas ya se mueve en este mercado de manera regular, lo que representa un incremento de 5,2% en un año.

UNA SITUACIÓN INÉDITA

No menos positivo ha sido el comportamiento de un turismo que en el 2016 marcó hitos históricos de ocupación en una provincia que, según las últimas proyecciones, se encuentra este año en las mejores condiciones para repetir e incluso aumentar esta

Inédita plusmarca de visitas. Sobresale la recuperación de un mercado interior, como principal afluente de recursos, y un sector exterior en crecimiento gracias, especialmente, a un contexto internacional favorable y a la apertura e impulso de los vuelos desde el incipiente aeropuerto.

La provincia Castellón superó los 1,7 millones de turistas y los 7,5 millones de pernoctaciones en todo tipo de alojamientos en 2016, lo que supone superar el récord de la serie histórica ya lograda en 2015, cuando se rozaron los siete millones de reservas (6.954.737). A lo largo del pasado año estos números se han sobrepasado con creces (7.505.012), lo que representa casi un 8% más.

Bajo este contexto económico, Mediterráneo celebra esta noche la gran gala de Empresa del Año, una cita que congregará a más de 400 invitados y representantes del tejido socioeconómico y político de la Comunitat.

La gala viene precedida por un contenido optimismo que está avalado por unos macroindicadores favorables en cuanto al crecimiento vegetativo de las empresas. A lo largo de 2016 se crearon más de medio millar de nuevas sociedades con una progresiva generación de empleo que, aunque está aún lejos de compensar los efectos nocivos de la crisis, mantiene su curso en positivo.

Mientras la construcción comienza a dar síntomas de actividad, especialmente por el empuje de la rehabilitación y las reformas, la agricultura experimenta un comportamiento desigual según el sector, con unos cítricos siempre muy sobreexpuestos a las inclemencias meteorológicas, a los bajos precios de un mercado inestable o la llegada de productos extracomunitarios.

Finalmente, en este panorama de recuperación, el comercio local vuelve a mostrar signos de vitalidad empujado por un repunte de un consumo que se mueve aún con extrema moderación.