La castellonense Sandra Aznar, de 28 años, atravesaba ayer el espacio aéreo y se dirigía a Manchester, donde vive desde hace tres años, 24 horas después del brutal ataque terrorista durante el concierto de Ariana Grande. «Vine a Castellón para asistir a una boda y el atentado me pilló aquí. Al enterarme, creí que había sido un accidente del equipo de sonido. Lamentablemente, todos estamos expuestos al terrorismo hoy en día y es difícil coger un vuelo el día después de algo así. Mi familia es quien más preocupada está por si algo me pasara en Europa», dice la joven, ya desde el Reino Unido.