Castellón es para los arqueólogos y paleogeógrafos un auténtico filón por cuanto conserva restos de, prácticamente, todos los periodos prehistóricos e históricos, así como visibles ejemplos de la escala geológica, lo que convierte a la provincia en un “gran laboratorio y un gran aula para entender la historia más remota y reciente”, según señalan investigadores consultados.

De todo ello, por su volumen y por la calidad de los hallazgos, destaca la huella dejada por la civilización romana, cuya presencia se extiende por el 65% de los términos municipales de la provincia de Castellón, lo que da fe de la importancia de este territorio durante la romanización.

Estos restos, que prácticamente en su totalidad se encuentran a la intemperie, componen en su conjunto un buen botón de muestra de lo que fue esta provincia en el paso de la Edad del Hierro al periodo tardorromano, como lo atestigua uno de los yacimientos más representativos como es la Moleta dels Frares en Forcall o en el Pla de Cabanes, amplia llanura que toma el nombre del famoso arco. Evidencias todas ellas que se dan especialmente en lo que un día fue la Vía Augusta.

“Son espacios bien conservados que, lamentablemente, no obedece a la tónica general”, según explica el arqueólogo y documentalista José F. Fraga, quien explica que, en la mayoría de las situaciones, estos yacimientos se “encuentran en un estado de dejadez por la falta de recursos”, según explica. Buena parte de la responsabilidad está en la falta de fondos que, “lamentablemente, como ocurre en casi todo el país, proceden de las arcas públicas y ya sabemos los tiempos que corren”, explica a este diario Manel Montero, especializado en Historia del Arte, para quien el patrocinio privado hoy en día es prácticamente testimonial.

En este sentido, el arqueólogo y consultor Miquel A. Ariza explica el gran peso que tienen las universidades “y hay que reconocer que --según asevera-- tampoco pasan por su mejor momento, porque buena parte del mecenazgo, en otro tiempo importante, se ha reducido por la crisis”.

Para el paleontólogo José Miguel Gazulla, “la provincia necesita de un plan integral de actuación que permita recuperar y conservar todo el patrimonio existente y aquí tienen un papel fundamental las universidades y también los diferentes museos, como canalizadores necesarios del conocimiento”, según explica.

Y mientras tanto, “incidir en promover nuestro patrimonio histórico en el marco educativo”, tal como subraya el responsable del Servicio de Arqueología de la Diputación provincial, Arturo Oliver, para quien es fundamental “poner en valor todos estos recursos que tenemos para el disfrute ideal de la gente”. H