La Unió de Llauradors ha detectado en la provincia una nueva variedad de mandarina, llamada sigal, que presuntamente no ha sido legalizada con el periodo de cuarentena preceptivo. De hecho, el presidente de Asociex, Jorge García, apunta que el vivero que la trajo «está clausurado».

Fuentes de la organización agraria confirman a este diario que han hallado «varios» campos de cultivo con esta nueva variedad en el territorio castellonense, aunque no especificarán cuántos ni su ubicación hasta que no se verifique que sus sospechas son ciertas y quién está cultivando sigal incurre en una ilegalidad. Además, esta variedad también ha sido vista en otros puntos de la Comunitat.

Los responsables de la organización agraria han trasladado al Servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura estos hechos para que inspeccione las parcelas y compruebe que se trata de esta variedad, obtenida en el laboratorio Aro Volcani Center de Israel y que procede de una hibridación de la orah (de la que también procede la orri) y la shani. Según la Unió, esta nueva variedad no puede ser cultivada legalmente en la Comunitat y en España porque no ha sido verificada por el IVIA ni inscrita en el registro de variedades de especies que han solicitado protección de obtención vegetal tras comprobar que no porta material biológico potencialmente dañino.

La Unió pretende evitar además que suceda como con la orri, que tras extenderse antes de ser certificada, después el obtentor pidió unos royalties elevados. La titularidad de sigal en España es de Citrus Genesis.