Mientras la compraventa de viviendas sigue estancada, la crisis y el paro han provocado que pisos que antes nadie miraba ahora estén más que demandados. Se trata de las viviendas baratas, cuyo precio de alquiler no suele sobrepasar los 300 euros al mes.

En los servicios sociales municipales de la capital han detectado un incremento ”espectacular” de familias interesadas en ocupar una vivienda social. “Se trata de gente que se ha quedado en paro y que nos pide una vivienda del IVVSA. El problema es que la mayoría de los pisos de la Conselleria están ocupados y lo que hacemos es ponerle en contacto con asociaciones para que les ayuden a encontrar algo que se acople a sus necesidades”, explican desde los Servicios Sociales.

El incremento de la demanda de alquileres baratos ha empujado a algunos ayuntamientos de la provincia a impulsar bolsas de pisos de estas características. Uno de los que lo va a hacer es el de Vila-real, que ya ha anunciado la creación de una bolsa de pisos a precios reducidos para ayudar a aquellas familias que no pueden mantener su vivienda, así como facilitar la emancipación de los jóvenes que así lo deseen.

En la capital, los grupos políticos del Bloc y Esquerra Unida en el Ayuntamiento también han anunciado que propondrán en el próximo plenario municipal la creación de una bolsa de viviendas sociales para que los pisos desocupados puedan ser ofrecidos a precios dignos a personas que no tienen residencia o carecen de recursos suficientes.

510 VIVIENDAS PÚBLICAS // El parque de viviendas sociales en Castellón es bastante limitado. La Generalitat valenciana tiene en la provincia 510 pisos en régimen de alquiler gestionados por el IVVSA. De esas, según fuentes del Consell, 73 están en estos momentos en proceso de recuperación de titularidad o reparación para su adjudicación.

Otra cosa son las VPO en régimen de alquiler (muchas son con opción a compra) que en la capital se concentran en la zona de la Universitat Jaume I y cuyo precio ronda los 350 euros al mes. H