Los dos episodios de lluvias que en las dos últimas semanas ha vivido la provincia no han paliado la situación de sequía que vive el territorio castellonense. Tanto es así que, en este periodo, los embalses de la provincia han perdido prácticamente cinco hectómetros cúbicos de agua (4,93 exactamente), como recogen los indicadores de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

A pesar de que el principal embalse de Castellón, el de Arenós, ha aumentado su volumen de agua embalsada (ahora almacena 3,3 Hm3 más que dos semanas y media atrás), el resto ha visto cómo descendía su caudal. El más significativo es el caso de Sitjar, que ha perdido 7,45 Hm3 en este periodo. La cifra no es nada desdeñable, más si se tiene en cuenta que actualmente almacena 23,25 hectómetros cúbicos. Es decir, en dos semanas ha perdido una cuarta parte del agua que almacenaba a mediados de este pasado mes de septiembre.

mirando al cielo // Y esto es especialmente preocupante debido a que es uno de los dos principales embalses de los que aporta agua a la Plana para el riego, junto con Arenós, que le abastece. Es por ello que los regantes miran al cielo esperando «que llueva mucho y pronto», como destaca el presidente del Sindicat Central d’Aigües del Millars, Enrique Font. Con la campaña de la naranja a la vuelta de la esquina, es el momento idóneo para que llegue otro episodio de precipitaciones que permita a la fruta aumentar de calibre, máxime en una temporada en que puede haber mucha en riesgo de quedar fuera del circuito comercial.

Y es que, como reconoce Font, los dos últimos episodios de lluvias en la provincia (los pasados días 13 y 23 de septiembre), han sido positivos, pero insuficientes. «Nos han ahorrado algún riego que otro, pero nada más. Todavía tendría que haber llovido un poco más». Además, Font señala que es necesario que llueva en las cabeceras de los ríos, de forma que permita recargar los embalses, que no cesan de perder agua desde el año pasado, cuando, gracias a las lluvias de primavera y otoño, alcanzaron su mejor nivel de los últimos años.

Esto es lo que está permitiendo a Castellón superar el déficit hídrico del último año (ayer se cerró el año hidrológico y en unas semanas se dispondrá del informe definitivo). De hecho, a pesar de las lluvias escasas, la provincia es la que mejor situación vive de toda la Confederación del Júcar, con la excepción del norte, en una situación muy precaria.

muchos riegos // Esta falta de precipitaciones, unida a las elevadas temperaturas --otro de los factores que han marcado el verano pasado, sobre todo el final-- ha motivado que los agricultores de la Plana hayan tenido que regar en el mes de septiembre «igual que en agosto», señala Font. Eso sí, al menos los agricultores tienen garantizada el agua para el riego gracias a los volúmenes embalsados en los pantanos, como reconoce el presidente de los regantes de la Plana de Castellón.

Estos dos factores, el déficit hídrico y el calor, también están detrás de los grandes incendios que ha sufrido la Comunitat durante el verano, según señaló ayer viernes en Les Corts el director general de la Agència Valenciana d’Emergències, José María Ángel. Uno de estos incendios devastó durante varias jornadas el parque natural de la Serra d’Espadà tras declararse en Artana y arrasó 1.500 hectáreas de uno de los pulmones de la provincia.

como un pantano // Esta conjunción de factores (el calor y la falta de lluvias, que han motivado más riegos en el campo) ha provocado que, desde el año pasado por estas fechas, los embalses de la provincia hayan perdido más agua de la que almacena actualmente el segundo pantano provincial. Las ocho lagunas artificiales del territorio castellonense (Regajo, Algar, l’Alcora, Arenós, Sitjar, María Cristina, Ulldecona y Onda) almacenan hoy 27,95 hectómetros cúbicos menos que hace un año. Por el momento no hay peligro, pero convendría que la lluvia comenzase a recargar. H