El presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, solicitó ayer el apoyo de Estado y Generalitat para «hacer de Castellón un lugar mejor para vivir». Tras desgranar las claves de su proyecto político en el debate sobre el estado de la provincia, Moliner aseveró que «no podemos construir solos la provincia que queremos, por eso pido a Generalitat y Gobierno que nos den lo que necesitamos». Mientras, la oposición fue crítica solo con moderación con las políticas desarrolladas por un equipo de gobierno que cuenta con mayoría absoluta, y propuso profundizar en los cambios registrados recientemente, con el acuerdo para los planes de obras y servicios como uno de los principales ejemplos.

En el contexto, por tanto, de una sesión celebrada en la Diputación en un clima de consenso y voluntad de pactar, precedida de hecho por un pleno con prevalencia de las votaciones unánimes de los cinco grupos --PP, PSPV, Compromís, Ciudadanos (C’s) y Castelló en Moviment (CSeM)--, Moliner hizo un pormenorizado repaso a «cinco años al frente de la gestión provincial sirviendo a toda la provincia» con el objetivo último de «crear una Castellón de la que sentirnos más orgullosos de nuestros valores, nuestras identidades y nuestros pueblos».

Para lograr este objetivo es para el que solicitó de la Administración autonómica que «trabaje en colaboración para no duplicar competencias», así como «que se decida por la ubicación de la estación intermodal de acuerdo a criterios económicos y estratégicos»; dé las «inversiones justas y la financiación necesaria para cubrir y garantizar la prestación de servicios que son de su competencia: sanidad, dependencia y educación», además de un «compromiso específico y económico para reforzar las líneas aéreas tal y como ha hecho con Valencia».

INFRAESTRUCTURAS // Al Estado le reclamó las infraestructuras pendientes con la provincia, como el AVE, el inicio del tercer carril, los accesos a PortCastelló, la N-232 o el agua del Ebro comprometida.

Por su parte, el portavoz del PSPV, José Benlloch, dijo que «el objetivo de esta institución tiene que ser convertirse en un verdadero ayuntamiento de ayuntamientos, huir de prácticas partidistas y arbitrarias y erigirse como un organismo eficaz, social y transparente». Desde el argumento de que hay que «sumar esfuerzos y acertar en las decisiones», en el que abundó también Moliner, el socialista centró como principal reto «el empleo y el crecimiento económico».

En cuanto a Compromís, Xavier Trenco adoptó un tono más crítico y pidió un mejor reparto de los recursos de los que dispone la Diputación para evitar «el malestar» que se genera ahora.

Desde Ciudadanos, Cristina Gabarda se centró en solicitar «mejores conexiones e inversiones para despegar la economía de la provincia de Castellón», al tiempo que lamentó que «esta falta de inversiones en infraestructuras frene la competitividad de las empresas y la dinamización económica». El diputado de CSeM, Iñaki Vallejo, mostró su desacuerdo con el modelo actual de las diputaciones y puso el acento en que «debe desaparecer o modernizarse, pero sin un mal acuerdo por intereses partidistas».