Cada 19 de marzo, desde 1942 y en una ceremonia aclamada por el nodo y los periódicos del régimen, Francisco Franco entregaba los Premios Nacionales de Natalidad, que recompensaban con 5.000 pesetas al matrimonio de cada provincia con mayor número de hijos. En 1956, un total de 22 familias de Castellón optaron al premio y finalmente la galardonada fue una pareja con 14 hijos. Hoy, 60 años después, tal premio sería impensable y, sobre todo, encontrar familias en la provincia con cinco, seis o siete hijos menores una misión prácticamente imposible. Porque en Castellón cada vez hay menos niños en los parques y en las guarderías y ya mueren más personas de las que nacen. Es lo que los expertos llaman la tormenta demográfica y sin ninguna perspectiva de que amaine.

En el 2015 nacieron en la provincia tan solo 5.087 bebés, el peor dato desde el 2001. La cifra supone un 5% menos que la registrada en el 2014 (5.367), pero un 41% inferior al récord registrado en el 2008, cuando nacieron en Castellón 7.206 niños. Nunca hasta ahora se había registrado tal debacle demográfica, aunque fue a partir del 2010 cuando la cigüeña empezó a pasar de largo.

La gravedad de la situación radica en el que problema, lejos de corregirse, empeorará en los próximos quince años. El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de hacer públicas las proyecciones de población para el 2030, y si se cumplen las previsiones de los demógrafos, en Castellón apenas nacerán durante el próximo año 4.675 bebés. Dentro de 14 años serán 3.615. ¿La consecuencia? La provincia perderá casi 40.000 habitantes y los mayores de 65 años, que hoy representan el 18,5% de la población, pasarán a ser el 26,3%.

El primer factor que explica las causas del descenso de la natalidad en Castellón tiene que ver con una infertilidad femenina que se explica por la tardanza en intentar el embarazo, lo que, a su vez, es consecuencia de un panorama laboral y económico que repele la idea de asumir lo que cuesta un hijo. Porque cuando las mujeres de la provincia se plantean ser madres tienen poco tiempo para conseguirlo. La edad más frecuente para dar a luz se sitúa hoy en Castellón en los 31,7 años. En 1975 era de 28,6.

SIN RELEVO GENERACIONAL // La edad en la que la mujer tiene hijos va en aumento (los partos más allá de los 40 se han triplicado en los últimos años) y el índice de fecundidad (promedio de hijos que tiene) es de los más bajos del mundo. En Castellón se cifra en 1,32 hijos por mujer, mientras que hace 40 años la tasa superaba los 2,63. Y eso también preocupa, y no poco, a los expertos ya que, para garantizar el relevo generacional, el número de hijos por mujer debe ser de 2,1. O dicho de otra manera: en la provincia deberían nacer, como mínimo, 2.500 niños más al año, pero nadie discute que alcanzar esa cifra parece impensable en los tiempos que corren.

Pese a que el panorama es sombrío, la natalidad puede recuperarse. No hay una fórmula única, pero sí se podrían impulsar medidas encaminadas a darle la vuelta a la situación. «La primera sería un cambio de horarios laborales. Las gente no tiene hijos porque no hay tiempo», apunta Mari Carmen Mateu, presidenta del Instituto de Política Familiar (IPF) de la Comunitat valenciana. Modificar los horarios es esencial, como también lo es «conciencia a las empresas de que la maternidad no es ni una enfermedad ni un problema», sentencia.

Un paquete de ayudas económicas a las familias (hoy, critica Mateu, son «irrisorias») también ayudaría, así como un cambio de mentalidad. «La maternidad debería ser un privilegio, no una tortura. Sin niños no habrá ni Seguridad Social, ni pensiones y cada vez seremos más viejos y estaremos más solos». H