Tras el virulento temporal llega la calma y la nieve llama a los turistas. Pese a la inestabilidad prevista para este fin de semana en el interior de Castellón, con probabilidad alta de lluvias que pueden dejan placas de hielo y reforzar el manto blanco que ya cubre los municipios de cotas más altas de la provincia, la nieve se convierte en un atractivo para los vecinos del litoral que acuden cual procesión hacia las zonas de montaña.

Restaurantes llenos y con reservas desde hace ya días, cuando la tormenta empezó a amainar en Morella, Vilafranca, Fredes, Ares, Vistabella y El Toro, entre otros, donde se han afanado a limpiar «lo que se ha podido» para abrir la comunicación hacia el núcleo urbano.

En Vistabella, uno de los puntos blancos de la provincia, el Ayuntamiento pide «mucha precaución» y que la gente «use el párking exterior, en les Forques o el Casal Jove», ya que «el acceso al núcleo urbano está restringido a los vecinos». Dolors Robres, de El Dau, invita a los castellonenses a «que suban, el pueblo está precioso y hay nieve para un mes», y ella tiene «reservas desde media semana». Lo mismo que en el Hotel Los Arcos de Vilafranca, donde han colgado el cartel de no hay habitaciones y tienen mucha demanda, «sobre todo para comidas». «Esperamos que suba mucha visita todo el fin de semana; estamos preparados para más nieve y más gente», señala la propietaria, Mila Segura.

En Morella, donde el fin de semana postemporal coincide con la celebración de Sant Antoni, prevén que sea «una locura», con visitas de toda la Comunitat y Cataluña, sobre todo. En el Mesón del Pastor encontrar plaza para comer hoy es casi imposible. «Está a tope», señalan, aunque «aún hay plazas». Y los pueblos de la Tinença prevén, además, que los que tienen su segunda residencia suban a ver los efectos del temporal en sus casas y en el pueblo.