“Aunque haya cambios en la gestión, no hay vuelta atrás, no hay intención de recuperar la vicepresidencia de la CEC”. Así de tajante fue el empresario Miguel González, quien con su dimisión a instancias de Ascer --la sectorial a la que representaba en el comité ejecutivo--, ha abierto la caja de los truenos. “No quiero ser un obstáculo. Su forma de trabajar y la nuestra [en Ascer] son distintas”, justificaba.

Ayer centró las miradas. Entró con el azulejero Carlos Cabrera --su antecesor en la vicepresidencia de CEC--, y arropado por el presidente de Ascer, Isidro Zarzoso, quien, pese al flaco favor realizado a la CEC con la resolución, insistió en remarcar que la patronal azulejera sigue como vocal y “apoya a la CEC”. H