Han pasado muchos siglos desde que las hogueras en altas torres fenicias vigilaban el mar pero los faros, esas torres espigadas que emergen en el litoral, siguen rodeados de ese romanticismo de mareas, soledad y misterio que tantas novelas han inspirado. El Gobierno lo sabe y va a sacarles partido. Dentro de muy pocos meses será posible dormir, desayunar o pasar las vacaciones en cuatro faros españoles. Uno está en Ribadeo (Lugo), otro en Barbate (Cádiz) y los otros dos en Alicante (Cabo de San Antonio y Tabarca). Y en un futuro no muy lejano también podría ser posible alojarse en un faro de Castellón, en concreto, en el de Orpesa. Varios empresarios ya han mostrado su interés por convertir la torre de la localidad en un hotel-boutique, aunque las propuestas se encuentran todavía en una fase muy inicial.

Que se pueda dormir en una torre es fruto del proyecto Faros de España, una iniciativa que el Ministerio de Fomento presentó en diciembre del 2013 y que abría los faros a usos turísticos. El esquema es sencillo: a cambio de un alquiler anual, Fomento cede por 30 años (ampliables a 50) la instalación a un empresario privado para que construya un hotel en el interior del edificio. Desde esa fecha, Puertos del Estado, organismo titular de todos los faros españoles, ha recibido una veintena de propuestas para habilitar hoteles-faro. La mayoría proceden de Baleares y Andalucía.

Seis de los 187 faros en funcionamiento en España jalonan los 120 kilómetros de costa de Castellón. De esa media docena, solamente dos podrían convertirse en pequeños hoteles. Se trata de las torres de Peñíscola y Orpesa. Las dos datan de la segunda mitad del siglo XIX y las dos se alzan sobre o junto a un edificio que hasta hace muy pocos años albergaba la casa del farero. Y eso es, precisamente, por lo que ambas podrían transformarse en hotel. Y no sería un hotel cualquiera.

Aunque a priori los dos faros cumplen los requisitos que exige Fomento, el de Peñíscola está descartado. La Diputación Provincial tiene otros planes y ya ha obtenido la autorización de la Autoridad Portuaria de Castellón para rehabilitarlo y convertirlo en punto de recepción de turistas y sede administrativa del Castillo de la Ciudad del Papa Luna.

BUENA CONSERVACIÓN // El que tiene más posibilidades de acabar convertido en un hotel es el de Orpesa. La Autoridad Portuaria de Castellón ha recibido en los últimos meses varias propuestas de empresarios interesados en convertir el faro en un establecimiento hotelero. “Hay interés y hay consultas, aunque hasta la fecha en firme no hay nada”, aseguran desde PortCastelló.

Construido hace más de 150 años (entró en funcionamiento en 1857) y ubicado entre las playas de Morro de Gos y de la Conxa, el faro de Orpesa se encuentra en buen estado de conservación. Dispone de dos plantas y una amplia terraza y hasta hace muy pocos años era la casa del farero.

De salir adelante la iniciativa, la inversión no sería pequeña. El faro de Orpesa se conserva bien, pero en el interior hay severos problemas de humedad. Habría que restaurarlo y cambiar el interior (el exterior y la fachada no puede tocarse) para que pudiera alojar a los huéspedes. H