En el mundillo de las academias de idiomas ya hay incluso quienes hablan de una burbuja lingüística. Y la realidad empieza a darles la razón. Un simple paseo por cualquier barrio de Castellón, Vila-real o Burriana basta para comprobar como los centros de idiomas son uno de los negocios del momento. Donde antes había una tienda ahora hay una academia de inglés. Las hay que prometen un título con solo 200 horas de estudio. Otras están especializadas en enseñar a niños de muy corta edad. «Es evidente que el sector está creciendo. Hoy ya existe una conciencia de que el inglés no solo es necesario, sino que es imprescindible. Hay más demanda de clases de idiomas y la oferta se ha multiplicado por 400», describe María Vicente, presidenta de la Asociación de Centros de Enseñanza de Idiomas de la Comunidad Valenciana (Aceicova), una entidad a la que pertenecen 52 centros, de los que 11 se encuentran en Castellón.

Pero, ¿cuántas academias hay en la provincia? Saber el número exacto es casi una misión imposible dado que no existe ningún censo oficial. No obstante, el sector habla de entre 150 y 200 centros de idiomas, una cifra que se ha disparado en los últimos tres años. «En estos años ha habido muchísimas aperturas pero también cierres. Hay licenciados en Filología que han abierto un academia como salida laboral aunque luego se han dado cuenta de que abrir un centro de idiomas no es solo dar clases. Es mucho más complejo», relata Vicente, quien también denuncia que con el alza de la demanda de cursos se ha disparado la competencia desleal. «Tenemos constancia de la existencia de pisos en los que una sola persona da clases hasta a 50 alumnos. Son academias pirata y ya hemos informado de su existencia a las autoridades».

No hay nadie en el sector de la enseñanza de idiomas en Castellón que no sea consciente de que la competencia es cada año más dura. «Cada vez somos más porque cada vez saber inglés es una necesidad», resume Noemí Renau, directora de The British Academy de Castellón, que cuenta con más de 15 años de experiencia enseñando inglés y es, además, centro autorizado de los exámenes de la Universidad de Oxford. «El perfil de nuestro alumnado es muy variado y va desde niños de 3 años a jubilados que saben algo del idioma pero que quieren aprender mucho más», explica Renau.

LA REINA DE LAS EXTRAESCOLARES

Aunque el perfil es amplio, una parte importante de los alumnos que acude a alguno de los centros de la provincia que enseñan inglés está formado por estudiantes de Primaria y Secundaria. La academia es una de las extraescolares reina y cada vez son más los padres que matriculan a sus hijos en un centro privado pese a que tanto en la escuela como en el instituto ya estudian inglés.

Jaime Pitarch y Pilar Martínez son unos de los miles de padres de Castellón que llevan a sus hijas a una academia de inglés. «María, de nueve años, va dos horas a la semana. Marta, que cursa tercero de la ESO, tres horas», explican. ¿Por qué lo hacen? «Queremos que aprendan bien el inglés, ya que el nivel que tienen es muy básico y en un futuro tengo claro que les va a hacer falta para estudiar o trabajar», resume Jaime, quien gasta 110 euros al mes en las clases de sus hijas.

Pero no solo de escolares viven las academias de Castellón. Al contrario. Cada vez son más los adultos que quieren dominar el inglés y conseguir un título oficial. «Tenemos muchísimos alumnos que necesitan el inglés para opositar o para acceder a un trabajo», explican Ana Calvo y Charo Aparicio, directora y jefa de estudios, respectivamente, del centro Essex Scholl, en el paseo Ribalta de Castellón y con 31 años de experiencia en el sector.

Aunque el inglés es el rey, en las academias aseguran que la demanda de clases de otros idiomas también va claramente al alza. «Hay muchos jóvenes titulados que necesitan un segundo idioma, sobre todo, francés y alemán», argumenta la máxima responsable de Aceicova.

INGLÉS ‘LOW COST’

Aunque una parte importante de las academias que operan en Castellón cobra entre 50 y 70 euros al mes por un par de horas de clase a la semana, las hay algo más baratas. «Últimamente han abierto muchos centros low cost que dan clases a precios muy bajos pero sin ninguna garantía. La gente tiene que saber que no todo el mundo está preparado para dar clases y ser nativo no necesitariamente significa que puede enseñar bien un idioma», explican.

Para orientar a los consumidores de cuál es la mejor opción, Aceicova y Avacu Comunitat Valenciana han editado un tríptico en el que exponen los requisitos que debe cumplir un centro de enseñanza de idiomas.