La ligerísima recuperación que en el 2015 alcanzó la licitación de obra pública en Castellón parece que fue un espejismo. 2016 ha empezado mal, muy mal, y los proyectos que las distintas administraciones han sacado a concurso en la provincia durante los dos primeros meses del año vuelven a rozar el ridículo. Apenas 3,6 millones de euros de inversión, un 32% menos que en el mismo periodo del 2015, cuando se superaron los 11 millones.

Los datos son malos se mire por donde se mire. El Estado, cuyo Gobierno está en funciones desde el pasado 20 de diciembre, apenas ha gastado 503.000 euros en Castellón. ¿Dónde los ha invertido? Fundamentalmente en reparchear algunos tramos de la carretera N-340 entre Les Alqueries y Vila-real (241.800 euros) y en volver a pintar las marcas viales de la misma carretera, aunque en el tramo que une Sagunto con Ribera de Cabanes. Poco más. Nada se sabe de las obras de la N-232 (la licitación del Puerto de Querol suma retraso tras retraso) y tampoco de la A-68. El vial no ha avanzado nada desde que se anunció, el 14 de julio del 2009, que esta autovía saldría al mar por Vinaròs y no por Tarragona. Ni siquiera ha sacado a licitación el estudio informativo que debe trazar el primer recorrido de la carretera en doble carril.

El Estado sigue invirtiendo a cuantagotas en Castellón y en el conjunto de la Comunitat la situación no es mucho mejor. Apenas 15 millones de euros, un 28,2% menos que durante el arranque del 2015. Valencia, con 9,9 millones de euros, acapara el grueso de las inversiones, mientras que a Alicante van a parar 4,5 millones. “A la Comunitat el Estado nos tiene totalmente olvidados. Los datos no mejoran; al contrario, todavía vamos a peor”, denuncia Manuel Miñés, director-gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, una entidad que engloba a empresas como Pavasal, Acciona, Becsa, Sacyr o FCC.

Los 503.000 euros que el Estado ha invertido en Castellón contrastan con la cantidad gastada en otras provincias. Tres ejemplos. En Cadiz, el Gobierno ha licitado en los dos primeros meses del años obras por valor de 17,9 millones de euros. En Tarragona fueron 7,6 y en Teruel la inversión supera los 6,1 millones.

Arreglar los parches de la N-340 acapara el grueso de la paupérrima inversión del Estado en Castellón y en el caso del Gonsell ocurre prácticamente lo mismo. En enero y febrero, la Generalitat valenciana ha licitado obras en la provincia por valor de 2,2 millones de euros. Pese a ser la Administración que más invierte, las cifras están lejos de las registradas en los dos primeros meses del año pasado, cuando se alcanzaron los 5,7 millones de euros.

PARCHES EN LAS CARRETERAS // De los 2,2 millones invertidos, casi el 40% se ha destinado al mantenimiento de varios tramos de tres carreteras: la CV-160 (Sant Joan de Moró-La Pobla Tornesa), la CV-165 (La Foia-Villar de Canes) y la CV-190 (l’Alcora-Cortes de Arenoso). Estas tres actuaciones suponen una inversión de 876.000 euros. Además, la Conselleria de Educación ha licitado la ampliación del IES l’Alcalatén de l’Alcora por 276.551 euros.

Que la Generalitat siga invirtiendo poco dinero en infraestructuras es algo que tampoco sorprende a los contratistas, que conocen del delicado estado de salud de las cuentas del Conselleria. De hecho, la titular de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, cuya Conselleria debería tirar del carro de la obra pública, reconocía hace tan solo unas semanas en Mediterráneo que el 80% del presupuesto de Obras Públicas está hipotecado hasta el 2020 y que se iba a dar prioridad a pequeñas obras y al mantenimiento de las carreteras.

Los datos de ayuntamientos y de la Diputación tampoco son positivos: solo 840.000 euros en obra pública durante enero y febrero. En los mismo meses del año pasado la inversión superó los 4,7 millones de euros.

¿OTRO AÑO PARA OLVIDAR? // Con las cifras en la mano, las constructoras no son nada optimistas y auguran otro año para olvidar. “Esto va de mal en peor. Somos los últimos de la cola y lo que deberíamos hacer es salir todos a la calle a manifestarnos”, sentencia el gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat. La situación política en Madrid tampoco ayuda. Cuatro meses de gobierno en funciones empiezan a pasar factura y las licitaciones se reducen al mínimo. H