Un debate de más de ocho horas y media en Les Corts da para mucho. Y eso que, más allá de la efusividad de los oradores, el respeto fue la tónica habitual en el Parlament. Solo una acusación del síndic socialista, Manolo Mata, de «mentir» al diputado popular José Juan Zaplana mereció que el presidente de la Cámara, Enric Morera, le otorgara la palabra al final de la jornada. Tras ello Zaplana tachó a Mata de «charlatán».

Pero la cosa, a pesar del calor que reinó en la sala (sus señorías protestaron en repetidas ocasiones, hasta que la vicepresidenta primera, Carmen Martínez, se vio obligada a señalar que el aire acondicionado estaba «al máximo») no fue más allá del ímpetu en las alocuciones o de las protestas de la oposición cuando Fran Ferri disfrutó de su lícito turno de réplica a pesar de que él y Puig solo se habían lanzado alabanzas.

Patinazo y disculpas

En una jornada marcada por la financiación y el plurilingüismo, Puig exhibió su buena sintonía con el conseller de Educación, Vicent Marzà, a quien defendió a capa y espada. Llegó al punto de afirmar que ni él, ni la portavoz de Ciudadanos, Mari Carmen Sánchez, son «filólogos», a lo que esta replicó que ella sí lo es, concretamente en lengua inglesa. El president le pidió disculpas y continuó con su apoyo al plan educativo.

Para criticar la medida Sánchez se había expresado poco antes en inglés y en valenciano, lengua en la que se defendió y que, al utilizar también el síndic de Podem, Antonio Estañ, en unas pocas palabras, todos los que subieron al estrado usaron. Algunos lo hicieron de forma exclusiva (Mata o Ferri), mientras Puig lanzó la mayor parte de su turno inicial de palabra, de dos horas, en el idioma autóctono, y la síndica popular, Isabel Bonig, también la habló un buen rato.

Aquí se acabaron las semblanzas entre ambos. La valldeuxense fue mucho más directa y agresiva, y el morellano, más pausado, trufó su discurso de citas de Michelle Bachelet, Javier Cercas, Ernest Lluch, Albert Camus, Ban-Ki Moon, o Isaiah Berlin.

Desde la tribuna de invitados, la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, vivió el pleno y destacó el discurso «solvente, riguroso, realista y esperanzador» de Puig. No muy lejos estaban los prófugos de Ciudadanos. Entre ellos su anterior portavoz, Alexis Marí, que estuvo de mero observador después de que el año pasado fuese el encargado de llevar la palabra.

Pipí inoportuno

Otra de las anécdotas llegó mediada la tarde, cuando, tras atender las indicaciones de la vicepresidenta Mónica Oltra y del diputado del PPCV Rubén Ibáñez, Morera suspendió el pleno durante cinco minutos por «necesidades fisiológicas» del president Puig, que tuvo que salir al baño.

Aunque el debate acabó antes de las 21.00 horas, muchos diputados hicieron uso del menú que la cafetería de Les Corts confeccionó para cenar (ensalada de pasta de primero y hamburguesa o boquerón frito como segundo) para así preparar las propuestas de resolución y el debate de hoy en una jornada maratoniana.