Si alguno de ellos destruyó su discurso por la mañana cuando sonaban tambores electorales, por la tarde tuvieron que recuperarlo para intervenir en un pleno del Parlamento catalán en que no habló el presidente de la Generalitat. En sus intervenciones -aliñadas con duras críticas al sí pero no matinal-, los líderes de la oposición en la Cámara catalana deslizaron algunas diferencias entre ellos pero dejaron clara una coincidencia: la reclamación de una convocatoria de elecciones autonómicas.

INÉS ARRIMADAS (Cs)

Empezó Inés Arrimadas lanzando toda la caballería contra Carles Puigdemont por la «vergüenza» matinal con la yenka de elecciones-sí elecciones-no y acabó reclamando unas «urnas con garantías» porque los «catalanes están hartos». La líder de Ciutadans en el Parlament dijo no tener «ninguna esperanza» en el president para que vuelva a rectificar porque el Govern «solo quiere el conflicto, el victimismo», pero confió en que los comicios llegarán de una manera u otra (artículo 155) y permitirán recuperar «la paz social» y la prosperidad. «Porque ustedes ya no tienen nada más que ofrecer a los catalanes», le espetó a Puigdemont.

La líder de Ciutadans repasó todos los males que en su opinión ha provocado la hoja de ruta soberanista, con especial énfasis en «la factura y la fractura social» que «tardará años en revertirse». «¿Pero cómo no va a haber fractura social si ni siquiera en su Govern y su grupo parlamentario tienen unanimidad?», le asestó a JxSí. Como ejemplo, le recordó a Puigdemont las críticas que recibió por la mañana cuando la idea de elecciones parecía imponerse a la DUI. «Hoy ustedes han sentido en sus nucas el aliento de lo que es el nacionalismo», hurgó.

Antes de ello, la jefa de la oposición en Cataluña reprochó al jefe del Ejecutivo una clara falta de voluntad de diálogo al no querer explicarse en el Senado, ni en la Conferencia de Presidentes, ni en el Congreso ni en la quincena de comparecencias en el Parlament que ha pedido la oposición. Es más, le recriminó que haya perdido «todas las oportunidades» para rehacer puentes, unas oportunidades que, dijo, no le hubieran dado ni la alemana Angela Merkel ni el francés Emmanuel Macron.

MIQUEL ICETA (PSC)

«Estamos a punto de caer en el precipicio», advirtió Miquel Iceta a Puigdemont. El líder del PSC hizo un penúltimo intento para evitar el choque de trenes que hace tiempo que advierte y que está a horas de producirse. El primer secretario de los socialistas catalanes, que ha estado intentando tender puentes entre la Generalitat y la Moncloa para que no se haga la DUI ni se aplique el 155, hizo un nuevo llamamiento al president.

«Solo usted puede tomar una decisión trascendente. Tiene la llave para preservar las instituciones, para acabar con una declaración unilateral de independencia que sería altamente perjudicial para Cataluña», imploró, con un tono conciliador, antes de «reconocerle la valentía de dudar» en las horas previas. Volviendo a hacer bandera del diálogo, le propuso dos opciones para evitar que se acabe aplicando la suspensión del autogobierno catalán: convocar las elecciones o ir hoy mismo al Senado a decir que la independencia no ha sido declarada y apostar por el diálogo. «Yo le acompañaría», se ofreció el líder de los socialistas, después de afearle durante su intervención que si sigue por esta senda puede llevar Cataluña a un territorio totalmente ignoto.

LLUÍS RABELL (SÍ QUE ES POT)

«No nos vayamos a dormir soñando con Escocia y nos despertemos en el Ulster». La frase más contundente del día en el Parlament no salió de la boca de Arrimadas o Xavier García Albiol, sino de Lluís Rabell, el presidente del grupo de Catalunya Sí que es Pot, que se sumó al coro de voces que reclaman al president unas elecciones para evitar el 155.

«Cataluña no necesita más mártires», dijo en referencia a los encarcelados Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, a la vez que le pidió a Puigdemont que no escuche «a los aprendices de brujo, a los que le llaman traidor», en referencia a los independentistas que le atizaban por la mañana. «No hay que dar respuestas emocionales a la bunkerización del PP. Nos oponemos frontalmente al 155, a la vez decimos que la DUI no puede ser la respuesta al 155», aseveró.

Rabell se repartió el tiempo de intervención con Albano Dante Fachin, en una forma de firmar la paz tras la bronca por los turnos de palabra en el último pleno. El líder de Podem aprovechó su tiempo para cargar con fuerza contra el bloque constitucionalista, especialmente contra los socialistas por no oponerse claramente al 155. Con un tono muy duro, echó en cara a Pedro Sánchez que no haya trabajado para echar a Mariano Rajoy, como prometió en las primarias socialistas. «¿No soy independentista, pero creéis que dos millones de personas van a desaparecer porque apliquéis un artículo?», reflexionó Fachin antes de recordarles al PP (penúltima fuerza en el Parlament) que «quieren gobernar este país sin pasar por las urnas».

XAVIER G. ALBIOL (PPC)

«Somos plenamente conscientes de que [el artículo 155 de la Constitución] va a generar tensión. No va a ser fácil. Provocará incertidumbre, inseguridad y probablemente vamos a entrar en una dimensión desconocida. Nadie sabe en qué condiciones saldremos», reconoció Xavier García Albiol. A renglón seguido, y para que nadie se llamara a engaño, el líder del PPC aclaró que depende de Puigdemont que dicho artículo no llegue a aplicarse. ¿Cómo? Convocando elecciones autonómicas y volviendo a la «legalidad».

Por si aún así no había quedado claro, García Albiol insistió en que, «ante la alternativa de la ruptura», el 155 es el mecanismo que le queda al Ejecutivo central para «mantener el autogobierno, la legalidad y la convivencia» en Cataluña.

Sin rebajar un ápice la contundencia, el dirigente popular repasó como otros miembros de la oposición la fuga de empresas y las tensiones sociales y también coincidió con el socialista Miquel Iceta invitando al president a comparecer este viernes en el Senado («es su última oportunidad») y renunciar a la vía independentista.