Si los presupuestos del 2017 de la Diputación lograron un consenso inédito, en el sentido de que PSPV, Ciudadanos (Cs) y Compromís se abstuvieron y solo el diputado de Castelló en Moviment (CseM) votó en contra, los partidos de la oposición recogerán el guante del presidente Javier Moliner, cuyo partido el PP tiene mayoría absoluta, para tratar de llegar a un consenso, aunque con posiciones distintas.

El portavoz del PSPV, José Benlloch, afirmó ayer que lo primero es «estudiar con detalle» el documento que acaban de recibir, para después aplicar «voluntad de diálogo» para que «el dinero público sea útil a nuestra provincia».

Benlloch, quien señaló que tiene «esperanzas» de poder llegar a un acuerdo sobre las cuentas para el 2018, matizó también que ocurrirá si hay modificaciones en el modelo de diputación que plantean.

Por su parte, desde Compromís, Xavier Trenco, se mostró molesto por la falta de diálogo previo y la escasez de plazo para negociar, aunque es este año mayor que el pasado. Dijo ver «complicado» que haya consenso porque se mantienen cuestiones muy discutidas como los convenios singulares con los municipios. Un argumento similar a este último apuntó Iñaki Vallejo para apuntar que considera «difícil» el acuerdo. Ambos dijeron estar preparando sus propuestas para plantearlas al equipo de gobierno del Partido Popular.

En cuanto a Cs, Cristina Gabarda señaló que afrontan la negociación con «escepticismo» porque «no se ha cumplido ninguna de las partidas» que exigieron «en la enmienda del año pasado».