Apareció de la nada en el verano del 2012, con otro enigmático socio como Manolo García, un currículo como futbolista modesto que recogía un fugaz paso por el Castellón y 18.136 euros que evitaron el descenso a Preferente. Han pasado más de cuatro años y David Cruz no ha podido desprenderse de la sombra de la duda, acentuada porque ha sido incapaz de que el equipo deje la Tercera. Su carácter volcánico, además, ha empequeñecido los aciertos y han descarnado sus errores.

Aún en Tercera

A su llegada, prometió que el Castellón estaría, en cinco años, en Primera. Ni siquiera ha ascendido a Segunda B: ha jugado tres play-off (ha caído en una primera ronda, en una segunda habiendo sido campeón y en una tercera, quedándose a un penalti de subir), pero flirteó con la caída en Preferente. Además, ha dejado un reguero con más de una decena de entrenadores y más de 120 jugadores.

Relación con Castellnou

Cruz, desde su mismo aterrizaje, lleva desmintiendo que fuese un testaferro de este grupo de infausto recuerdo, tratando de desmarcarse de José Manuel García Osuna. Al final, se adhirió a la demanda de Sentimiento Albinegro en contra de los antiguos gestores, con los que, paralelamente, mantiene un litigio por la compraventa de las acciones y la titularidad del club.

Un carácter que le pierde

Presume de que no se arruga ante nada ni nadie, pero su propia personalidad (podría sintetizarse en el estás conmigo o contra mí), le ha llevado a chocar con muchas personas e instituciones. Ha acabado mal con la mayoría de personas que han desfilado por el club, incluido Manolo García, su compañero de aventuras en los primeros años en la entidad. Hoy en día, Cruz está enfrentado con el Ayuntamiento, ha perdido el apoyo del tejido empresarial de la capital (léase el desencuentro con Facsa) y ha visto cómo ha perdido el apoyo de consejeros y/o asesores de los que presumían que eran amigos suyos (Juan Carlos de Celis, Vicent Farnós, Lino Sanchis...).

Proceso concursal

El gran logro de Cruz. Primero fue la regularización jurídica del club y, después, sacar adelante un ventajoso proceso concursal, tanto por las cantidades como por los plazos.

Ampliación de capital

Ante la evidente falta de un pulmón económico propio, lo que más se le pide, incluso por la obligatoriedad legal. Cruz ha dejado caer su idea de ponerla en marcha por una cuantía por la que podría perder el control sobre la mayoría accionarial (ahora controla el 70%). Aunque, después de los últimos acontecimientos, su intención puede caer en saco roto. H