La Seguridad Social cerrará el 2016 con el déficit más alto de su historia, el 1,7% del PIB, lo que supone una desviación de más de 18.000 millones de euros. Las alarmas se han encendido y la Comisión del Pacto de Toledo, encargado de velar por la viabilidad del sistema público de pensiones, ha convocado a los representantes de todos los partidos políticos con carácter de urgencia. En un plazo de cinco meses debe presentar propuestas de reforma que aseguren la sostenibilidad de la Seguridad Social y busquen un plan B, ya que todos los indicadores sostienen que a finales de 2017 la hucha de las pensiones se agotará definitivamente. Sobre la mesa está la supresión de la pensión de viudedad, la segunda que más recursos moviliza.

En Castellón, 30.137 personas perciben una pensión de viudedad. Más del 80% son mujeres que reciben una paga media mensual de 574,57 euros, una de las cuantías más bajas de España. Eso supone para la Seguridad Social un desembolso de 17.315 euros al mes, unos 242 milones al año. Pero eso solo es en Castellón. En España, las pensiones de viudedad suponen un coste de 1.508 millones mensuales. El pasado mes de septiembre se abonaron más de 2,3 millones de pensiones de esta clase a razón de 639,26 euros de media por prestación. Son las segundas más numerosas y suponen el 25% frente al 61% de las de jubilación.

Aunque la idea más extendida es que las pensiones de viudedad y orfandad dejen de abonarse con los fondos de la Seguridad Social y pasen a los Presupuestos Generales del Estado, otra opción es sustituir las pensiones de viudedad por un complemento a la pensión de jubilación en caso de ser necesario. «Sacar Viudedad de la Seguridad Social es un parche, ya que no soluciona el largo plazo», sostiene Evaristo Soto, secretario de Pensionistas de CCOO, que aboga por un pacto entre todas las fuerzas políticas y los agentes sociales para garantizar el futuro del sistema.